Paco Aliaga. Mallorcadiario
A los medios nacionales con tendencia a la derecha o claramente instalados en esa opción ideológica no les ha pasado desapercibido el detalle de Dani Pedrosa de colocarse la camiseta roja de la selección española de fútbol en el podio del Gran Premio de Alemania, como homenaje, sí, pero también con el valor añadido de hacerlo en un país al que España eliminó del Mundial. Valiente.
Pero hay algo más. Jorge Lorenzo no se atrevió la semana anterior a colocarse la camiseta de la selección nacional en el circuito de Montmeló. Dijo que exhibir una camiseta española en Catalunya era “algo complicado”. Vamos, políticamente incorrecto. No se atrevió, no fue valiente, aun siendo un seguidor de la selección y nada sospechoso de actitudes nacionalistas. Eso sí, en una carrera se colocó en el casco con los colores del Barça en señal de homenaje. Pero lo de la selección es “más complicado”.
El domingo en Alemania, Pedrosa, además de ganarle carrera y advertirle de que está ahí luchando por el campeonato, le lanzó otro mensaje: “Yo sí me atrevo”. Cuando se exhibe una bandera o una camiseta se hace con orgullo y espontáneamente sin pararte a pensar en la oportunidad del gesto, el lugar donde lo haces o en consecuencias. Cuando no es así es que se ha politizado el gesto. Entonces, mejor dejarlo y no mezclar churras con merinas. Lorenzo lo politizó y no se atrevió. Pedrosa sí se atrevió. Ahí queda eso, Lorenzo.
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