BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




sábado, 24 de julio de 2010

LIBERTAD PARA SANTOS. LIBERTAD PARA LOS HINCHAS


Santos Mirasierra, encarcelado en Francia
El seguidor ultra del Olympique de Marsella tiene pendiente una sentencia de tres años y medio de prisión por los incidentes con la Policía Nacional en el Vicente Calderón durante un partido de Champions League entre el equipo francés y el Atlético.
Santos Mirasierra, el aficionado ultra del Olympique de Marsella, ha sido detenido y trasladado a dependencias policiales en la mañana de hoy viernes en su lugar de trabajo en Luynes (Bouches du Rhone) por la condena de tres años y medio de prisión que pesa sobre él tras sus enfrentamientos con la Policía Nacional en el estadio Vicente Calderón durante la disputa de un partido de Champions League entre Atlético de Madrid y Olympique.
Tras ser detenido, Mirasierra ha comparecido ante un fiscal en Aiz-en-Provence, que le ha notificado la aplicación de esa pena de carcel. Su abogado, Alain Baduel, ha asegurado que están sorprendidos "porque fueron seis policías armados a su casa cuando él ya estaba en su lugar de trabajo. No se corresponde con la forma de detener a un aficionado de fútbol que estaba dispuesto a cumplir su condena". El abogado ha confirmado además que el próximo lunes presentará una solicitud de indulto presidencial a Nicolas Sarkozy.
Santos Mirasierra ya fue encarcelado en Madrid después de haber sido condenado tras los incidentes, en 2008. Tras 70 días de detención, fue puesto en libertad previo pago de una fianza y después de una movilización de la afición marsellesa para solicitar su liberación. En octubre, el Tribunal Constitucional español rechazó su última apelación. Mirasierra fue condenado también en mayo de 2009 a tres meses de carcel por el Tribunal Penal de Lille tras una pelea con un aficionado antes de un partido entre el Paris Saint Germain y el Lille.

EL CASO MIRASIERRA (O CÓMO EL FÚTBOL MODERNO SE ENFRENTÓ AL FÚTBOL MODERNO)
Cuando una panda de ineptos confundió el logotipo del Commando Ultra 84 con un totenkopf de las SS (obviando el que lucía a unos cuantos metros en el fondo sur del mismo estadio) no tenían ni idea de que en su cruzada contra el fascismo iban a atentar precisamente contra la libertad de otros cruzados antifascistas. No es nada nuevo. En las Cruzadas de verdad ya pasaban cosas así entre cristianos. Por no hablar del Saco de Roma. Y hoy en día los lugares preferidos para los atentados de los integristas islámicos son las mezquitas o mercados repletos de musulmanes.
Me imagino perfectamente la situación: -"Aquí 1312. Proceda a retirar pancarta con calavera nazi con gorro 100% de lana virgen de sector eversivo visitante"
-"¿Lo qué? ¿El dibujico ése que está en medio de la bandera azul esa que pone ultras?"
-"Afirmativo"
-"¡Voy p'allá, hostia puta, se van a cagar a palos!"
Pero claro, en esto del movimiento ultra también hay categorías (y no me refiero a las A, B, y C). Aquí en España no, donde la palabra "ultra" es un estigma con connotaciones fascistoides aplicable a todo joven animoso de un fondo del mismo modo que la palabara "hooligan" lo es para todo turista británico. Pero sí en Francia, donde Santos dirige un grupo ultra multirracial y con muy buena imagen en su país por eso mismo, por alejarse del tópico de fanático futbolero descerebrado y fascista. Así se demostró cuando su club y su país (la misma República en la que Sarkozy ilegaliza a Boulogne Boys) no sólo dieron la cara por él, sino que lo apoyaron en su justa lucha hasta un nivel de la más alta diplomacia. Aquí ni siquiera nos cuestionamos cómo era posible que un presidente negro (como Obama, ¡qué chic!) fletara un avión privado para la repatriación de un supuesto terrorista nazi.
La actitud de Santos defendiéndose de un abuso policial, aquí se castiga hasta con cárcel. Y pecuniariamente de una manera desmesurada y creo que hasta anticonstitucional, ahora que eso está tan de moda. Castigo cometido en nombre del fútbol moderno. Y ahí está el conflicto: Santos protagoniza el otro lado del fútbol moderno, el de los hinchas. Un grupo ultra modélico por su defensa de los mismos valores antirracistas y antifascistas que el fm defiende, mimado por la directiva de su club y con más fama por sus espectaculares tifos que por los altercados violentos que protagonizan, que siempre se verán eclipsados por sus multicolores exhibiciones. Pero parece que ni así. Ni adaptándonos a este asqueroso circo tenemos las de ganar. Entre directivos, federaciones, clubes, jugadores, prensa, policía, etc, e hinchas, estos últimos siempre serán los que paguen. En todos los sentidos. Lo lamento por Santos y espero que todo lo que le está pasando no sea más que un mal sueño y que nunca pague por algo por lo que nunca debió pagar.
Mr Quely
¡¡¡SANTOS LIBERTAD!!!

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