Está claro que hoy la estética casual en el mundo ultra es una moda como en su día lo fueron la heavy o la skinhead. Especialmente esta última, que llegó a monopolizar los fondos españoles en los 90 convirtiéndolos en un muestrario de auténticos clones con bomber. De modo que ver a un tipo con gorra de cuadros, cazadora Stone Island, calzado Adidas, bufanda con los colores de su club, y ondeando una bandera, se ha convertido en algo normal. Eso lo puedo entender hasta cierto punto. Pero aunque ya parece desterrado aquel mantra del "pasar desapercibido", lo cierto es que me resulta raro y no me acaba de convencer que el estilo se haya integrado, o fusionado más bien, con el movimiento ultra. Acepto la idea de que llevar banderas y pancartas no supone traicionar las esencias de esta cultura. Pero punto, creo que debe haber un límite.
Entiendo que en los grupos ultra haya secciones o subgrupos de casuals. Entiendo que estéticamente se siga una moda. Pero no entiendo la necesidad de ciertos miembros de grupos ultra por autocalificarse como "casuals", "firm", etc. Parece ser que los miembros más comprometidos con la violencia en los grupos españoles, lo que antes se conocía como "núcleos duros", adoptan esos nombres y esa vestimenta por eso mismo, por sus connotaciones violentas. Y la verdad es que no veo la necesidad, pues el movimiento ultra ha sido tan violento (y para mí incluso mucho más) que el movimiento casual. O dicho de otro modo: uno de los ingredientes del movimiento ultra es el hooliganismo. Ingrediente que también forma parte del casualismo. No es necesario vestir con ropa de marca para pegarse, ni hace falta adoptar nombres ingleses.
Formar parte de un grupo ultra, participar en los tifos, cantar una canción argentina y al mismo tiempo llevar una estética casual me parece una contradicción. Es una valoración muy personal, por supuesto. Que es lo que hay en este mundo globalizado y más en esta España donde todo se copia, vale. Que no deja de ser una moda, de acuerdo. Que todo tiende a mezclarse, también. Pero a los que se supone que nos tomamos esto del casualismo no sólo como tal, y no digo lo de "una forma de vida" por ser un tópico, aunque para mí sea así, me gustaría proponeros que intentáramos seguirlo en todos sus aspectos como el maravilloso culto que es y que, como está demostrado, ha influenciado mucho más en la moda masculina que otros mucho más publicitados. Intentemos mantener esa cultura surgida en las gradas. Porque me temo que al final lo que acabamos haciendo es coger un poco de todo para quedarnos en nada.