BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




martes, 13 de julio de 2010

LA FINAL DE MISTER QUELY


LA RESACA
Con el cuerpo ya recuperado de la resaca (¿o debería decir resacas?), me dispongo a hacer unas cuantas reflexiones sobre este acontecimiento histórico, el primer Campeonato del Mundo de fútbol que consigue España. Ya somos parte de los elegidos, que curiosamente ahora son 8. El G8 de verdad. Resaca, por cierto, que se debe de haber hecho muy dura para algunos. Bueno, como diría el gran Tomeu Maura, en realidad todo el mes ha debido ser muy duro para esos frustrados que han podido ver cómo los contribuyentes que les están pagando su subvencionado sueldo han teñido la isla de rojo y gualda en balcones, tiendas, carreteras,... y no del rojo y gualda que ellos querrían. Parafraseando a Unamuno, se les podría decir aquello de "cobraréis, pero no convenceréis".
Nunca cambiaron tanto de camiseta con tanta facilidad, tantas veces, en tan poco tiempo. De hecho, no acostumbran, son sucios y dejados por naturaleza. No se afeitan, pero eso no es lo malo, el problema es que hasta sus barbas son desagradables, mal cuidadas, asimétricas. Ahora disimularán y harán como que pasan del fútbol, ese "opio el pueblo", ese "pan y circo", ese "alienador", ese "pasatiempo capitalista". Critican el fútbol pero tienen sus peñas, sus blogs y sus foros futboleros. No puedes hacer oídos sordos cuando el resultado no te gusta. Pero es su estilo. En política hacen lo mismo. Son demócratas hasta que pierden las elecciones. Mezclando churras con merinas, estrellas rojas con escudos de clubes de fútbol. Pero ahora no conviene, ahora no hay que mezclar fútbol con política...


LA FUERZA DEL FÚTBOL
Sólo el fútbol puede generar algo como lo que hemos vivido. No hay absolutamente nada que se pueda comparar en el mundo contemporáneo. Ni religión, ni deporte, ni movimiento político o social, ni espectáculo parecido. Sólo el fútbol puede paralizar un planeta, sólo el fútbol puede hacer salir a una nación entera a la calle. Y para algunos, sólo el fútbol es capaz de hacerles recorrer kilómetros y conocer lugares que no visitarían de otra manera, de medir su edad en temporadas, no en años naturales, de determinar hasta su forma de divertirse y de vestirse. Su forma de vida.


 


LA CRÓNICA DE MISTER QUELY

El histórico fin de semana comenzó para mí en Magaluf, con una agradable velada entre amigos en un conocido pub del Rangers. Ambiente protestante (esta gente se ha pegado por religión), pollo al curry y cerveza. De allí a Punta Ballena que estaba a rebosar, el mejor ambiente que recuerdo en años, y donde hubo de todo un poco aunque no entraré en detalles. Lo que pasa en Punta Ballena se queda en Punta Ballena. Tras descansar, desayunar como God rules y descansar, tocaba presenciar la histórica final previo baño en las aguas del Mediterráneo. Un servidor, que es hombre de buenas costumbres, optó por hacerlo en Bierkönig, el rincón más futbolero de toda la isla -suele aglutinar más espectadores que Son Moix aunque eso sí, juega con la ventaja que le da el despachar alcohol- donde desde primera hora de la tarde ya había algunos alemanes con banderas españolas, aunque nada comparado con lo que sería después. Además, así evitaría escuchar a los insufribles comentaristas de Telecinco. Por cierto, ése fue el lugar elegido por el Porc Endolat para dar su calor subhumano a la causa germana en la semifinal. Su cara cambió (poco la verdad, sólo tiene registros de "amargado", "refunfuñón" y "estreñido", muy similares entre sí, aunque esta vez lo haría también a "acojonado") al ver a algunos viejos camaradas (con los que, por cierto, presencié la final) y al escuchar "Que viva España" en los altavoces, coreado incluso por los perdedores. Pero volvamos al domingo.
La parte nueva (en la que se ha instalado este año una segunda pantalla gigante) estaba llena a rebosar de compatriotas, muchos de ellos palurdos pitahimnos, pero qué le vamos a hacer, es lo que pasa cuando no se enseñan valores fundamentales en la infancia (especialmente los patrióticos). Producto nacional con el que estuvimos viendo la primera parte, justo al lado del palco de "autoridades". La segunda la vimos en la pantalla de toda la vida donde había algún holandés, aunque mayoría alemana que se decantaba por nuestra selección. De hecho, con ocasión del gol de Iniesta fui zarandeado por un eufórico berlinés de dos por dos que por su hortera indumentaria y la de sus camaradas tenía pinta de haberse pegado por fútbol. "Auf wiedersehen, auf wiedersehen..." entonamos juntos hacia los pobres oranjes presentes. Con el pitido final, la locura, sonando los habituales "Viva España", "We are the champions", etc. Unos ultras alemanes de los que no supimos el equipo pero que respondían a ese saludo que está prohibido en Alemania, petaron una bengala. Para nuestra desgracia, no tenían más. También maldije no haberme hecho con algunas. Tengo por ahí una caducada que seguro que ya ni funcionará y que me da que ya nunca se va a quemar por fútbol. La celebración fue moderada, como corresponde a un conductor responsable como yo. Pasado ya el clímax en la Calle del Jamón, visitamos la zona española-holandesa del Arenal (ambas muy próximas) que estaba ya despejada a excepción de algunos bares de españoles en los que seguía la fiesta, y donde había presencia policial. Por lo que pude saber luego por fuentes de primera mano, había habido alguna carga aunque a esas horas la calma ya era total. Tras bailotear (por fútbol) e intentar infructuosamente ofrecer carne en barra (por fútbol) en una conocida discoteca (bueno, en realidad en tres), optamos por largarnos antes de que la cosa degenerara. Ya había cansancio y ganas de volver a el nido. Conduciendo sobrio, reitero.

CEPSA
Nunca una publicidad pudo ser tan premonitoria. Un pulpo sí.



LA PRENSA LOCAL

Diario de Mallorca

Mallorca celebra la victoria
Miles de mallorquines se congregaron ante pantallas gigantes, mientras los holandeses se concentraban en s´Arenal
Mientras tanto, los holandeses de Mallorca no se quedaron sin poder animar a los suyos. En la Platja de Palma hay varios bares dirigidos por holandeses y en la tarde de ayer fueron un punto de reunión para turistas aficionados de la naranja. Establecimientos como el Bar De Zaak tuvieron una gran afluencia, que abarrotó su local, rondando las cien personas por local. Sin embargo, sus propietarios habían instalado televisores que permitían ver el encuentro desde fuera para que nadie se perdiera el espectáculo.
Los bares estaban decorados para el día, con serpentinas y globos del color de su selección. Pero no solo en bares holandeses, había otros establecimientos –restaurantes, cafeterías– que retransmitían el partido y cuyos clientes no mostraban ningún color, ni el rojo ni el naranja. Aficionados al fútbol que solo deseaban ver el espectáculo que iba a dar el triunfo a un campeón inédito en el Mundial.
En cuanto a los seguidores que se congregaban frente a los locales holandeses, la gran mayoría llevaban camisas de su selección, y algunos exhibían collares rojos, blancos y azules –los colores de la bandera de su país– y otros complementos. Quizá no había tanta gente como en el Festival Park, pero el apoyo (y sufrimiento) era el mismo. Aplausos a rabiar por cada parada del portero, gemidos de decepción con los tiros fallidos, la impaciencia crecía de forma paralela en las dos aficiones. Al llegar a la prórroga, todo el mundo comprendía que el que marcara tenía prácticamente asegurada la copa. Y fue España quien zanjó la cuestión. Los holandeses se llevaron las manos a la cabeza con desesperación, mientras los españoles se desgañitaban cantando el gol de la victoria, lanzaban sus puños al aire y se abrazaban unos a otros. La espera había sido dura, pero la copa estaba ya en manos de la selección española.



Ultima Hora

Mallorca se vuelca con la Selección y se echa a la calle tras el partido
Las lágrimas de Íker Casillas tras el gol de Iniesta vaticinaban lo que estaba por llegar. «Estoy muy feliz, alegre y orgulloso de la selección y de ser español», comentaba emocionado Alejandro Guasp, un fiel seguidor de ‘La Roja'.
No era para menos, España, 70 años después, se proclamó ayer campeona del mundo y la capital palmesana se tiñó de rojigualda. Minutos después de que Howard Webb pitara el final del partido, más de 3.000 personas -llegaron a ser más de 15.000, según fuentes de la Policía Local-, se congregaron en la Plaza más emblemática de la ciudad. Una marea roja se apoderó de la Plaça Joan Carles I y de gran parte de Jaime III. Las calles se tiñeron de banderas rojigualdas y de gente ataviada con la camiseta de la selección que ayer se proclamó como la mejor del fútbol mundial.
Convocatoria
Los cánticos de «Campeones, Campeones» y el «Yo soy español» sonaron más alto que nunca. Los petardos, bocinas y cláxons fueron constantes a lo largo de la celebración. Los palmesanos no se olvidaron del héroe del Soccer City, Don Andrés Iniesta, a quien junto al mejor jugador de la Eurocopa de 2008, Xavi Hernández, les cantaron «Xavi, Iniesta, esto es una fiesta». La Plaza Juan Carlos I quedó totalmente abarrotada por la gente que ondeaba las bufandas rojigualdas sin cesar.
Los más jóvenes, igual que ‘La Roja' a ‘La Naranja', exprimieron el monumento que da nombre a la Plaza mojándose en la fuente y subiéndose a los bancos que la rodean. «Ha sido un partido complicado, he estado en tensión hasta el último momento», afirmaba Ana Ortolá.
El confeti cubría los cuerpos de personas de todas las generaciones que se reunieron en la Plaza Juan Carlos I. Hubo gente de la tercera generación que se atrevió a botar al unísono de «Bote, bote, bote holandés el que no bote». La euforia ayer en la Plaza de las Tortugas era máxima. Guillermo Morro definió el momento como «orgásmico».
La Policía Local cerró el tráfico de la Avenida Jaime III, la calle Unió y la caretera entre Plaza la Reina y la Plaça Joan Carles I.
Tras el bache ante Suiza en la autopista española hacia el cielo, ‘La Roja' ha llegado hasta el infinito y más allá. «Lo de Suiza fue un accidente. Confiaba ciegamente en esta selección que sabe ganar jugando bien y jugando mal», explicaba Rubén Fernández.
Ambiente
El pulpo Paul ha hecho pleno al 15 en el mundial. Hubo hasta un aficionado que acudió a celebrar la victoria española a la Plaza de las Tortugas con un pulpo azul de peluche. Parece ser que, definitivamente, se acepta el pulpo como animal de compañía. También hubieron seguidores que decidieron que sus perros estuvieran presentes en el acto y los ataviaron con accesorios rojos y amarillos. Las bengalas, a pesar de que estuviera prohibido su uso, no faltaron en noche más histórica del fútbol español.
A ‘La Naranja' le falló la mecánica y no consiguió arrebatar el título a una selección española que no convenció a más de uno. «Holanda ha jugado muy agresiva, a la contra como vienen haciendo casi todos los rivales de España y el partido que ha hecho España, hasta el gol de Iniesta, no me ha convencido del todo», señalaba Julen Falla.
La música estuvo presente en la celebración y gente con instrumentos como trompetas, tambores y maracas acompañaron cánticos como el «Que viva España».
Lo de ayer fue un Déjà Vu. La historia se repite y cuatro siglos después de la rendición de Breda, Holanda vuelve a rendirse al fútbol español, que toca el cielo en una noche memorable.


Incidentes en el Arenal para una jornada histórica
La fiesta no fue completa ayer noche debido a que en algunas zonas, concretamente en el Arenal, se registraron incidentes protagonizados por más de doscientos aficionados que confundieron lo que debía ser la alegría por el título con las gamberradas.
Invadieron las calles e impidieron el tráfico rodado además de volcar contenedores. La situación obligó que los efectivos de la Policía Local tuvieran que emplearse a fondo con los más violentos, lo que sin duda creó momentos de mucha tensión en las calles. Parecía más que una celebración por haber conseguido el Mundial, una batalla campal.
Las fuerzas de seguridad tuvieron que emplearse con prontitud para evitar males mayores.






El Mundo Baleares

Hasta las Tortugas gritan ¡España, España, España!
Hasta las Tortugas de la Pza Juan Carlos I lloran de alegría
Avenidas colapsadas, Jaime III abarrotada y las Tortugas tomadas por una marabunta roja que grita 'soy español, español, español'
Rojo España. La afición palmesana festeja a lo grande, como su Selección. Avenidas colapsadas. Jaime III abarrotada y plagada de banderas patrias. Como la tortilla de patatas, como el jamón serrano... los palmesanos lo gritan: "Español, español, español, soy español". Hasta las Tortugas de la Plaza Juan Carlos I lloran aún de la alegría por tener al mejor equipo del mundo.
Villa e Iniesta, los preferidos. Ahí están los cánticos, que no paran. Y las vuvuzelas truenan ya como el canto de un pajarillo feliz. La Selección, ese gol de Iniesta, se merece los empujones, los sudores, el olor a 'humanidad' que esta noche rezuma la Plaza de las Tortugas.
La cifra ya ni importa ¿10.000? ¿15.000 palmesanos invaden el centro? O más. La Policía ha cerrado el tráfico de la calle Unió y de Jaime III en un intento por controlar lo incontrolable. La afición baila y canta y canta y vuelve a cantar y a gritar que somos españoles, los mejores del mundo.


LAS GRACIAS
Gracias a estos campeones por haber hecho felices a tantos españoles y aún más amargados a muchos otros.


LA DEDICATORIA
Que la chupen, que la sigan chupando.


BANDERA Y ÁGUILA



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