No me gustaría manchar de política este blog, pero es inevitable hacerlo cuando indirectamente salpica al mundo del fútbol. Y del casualismo, en este caso.
Para los que no lo sepan, en 2009 se fundó en Reino Unido la English Defence League, grupo patriótico cuyo objetivo principal es posicionarse contra el islamismo radical y todo lo que conlleva, entre ello la aplicación de la Sharia. La organización tuvo su origen en el grupo United Peoples of Luton aunque pronto se les adhirió Casuals United que agrupaba a casuals de distintos equipos ingleses. Lógicamente, la ultraderecha tradicional ve con recelo esta tendencia que indudablemente va a contribuir a mermar sus filas, y acusa a la EDL de ser un grupo creado por el propio Estado británico. Y ciertamente resulta sospechoso que sigan los mismos parámetros en política exterior. De todos modos, tradicionalmente, la Pérfida Albion ha sido uno de los principales aliados del sionismo, e Israel siempre apoyó el unionismo y el lealismo en Irlanda del Norte. Vamos, que lo tradicional en un patriota y lealista británico es la defensa del sionismo pese a tantos soldados británicos muertos a manos del terrorismo del Irgún. Y además, la EDL es un grupo profundamente demócrata y antifascista. Y multicultural. Y multirracial.
La EDL no hace más que defender los tradicionales valores del liberalismo occidental heredero de la Ilustración. Como lo hizo en Holanda el malogrado Pim Fortuyn, asesinado por un defensor de los animales no racionales. Sin embargo, con unos medios de comunicación y un antifascismo militante anclados en los estrechos y maniqueos parámetros del frentepopulismo de los años 30, cualquier crítica al islamismo (que no al islam) desde una óptica patriótica supone automáticamente racismo, fascismo y neonazismo. Imbéciles hay en todos lados, y especialmente si llevan pelos de colores.
Llegados a este punto, lanzo una pregunta: ¿sería posible algo así en España? Parece que últimamente en nuestro país va calando cierta tendencia en este sentido: patriotismo, constitucionalismo y prosionismo. En España esta corriente se está extendiendo en la derecha gracias a medios como ABC e ideólogos como Federico Jiménez Losantos o los evangelistas Jon Juaristi y César Vidal ("evangelistas" es una manera de definir a los "judíos gentiles", es decir, no hebreos). Algunos comportamientos similares los podemos ver en Plataforma per Catalunya, aunque parece que ese espacio político podría ser ocupado por partidos como UPyD, con una política interior definida y una exterior no muy clara. De todos modos, y paradójicamente, cada vez más la derecha y extrema derecha ultracatólicas le van siguiendo el juego a estos gurús dejando atrás sus tradicionales filias y fobias. Recordemos que Franco, pese a sus muchos defectos, supo mantener una política exterior acorde con la tradición española y que quien reconoció el Estado de Israel fue el gobierno del socialista Felipe González. La política exterior española siempre fue diametralmente opuesta a la británica.
Personalmente (y reitero lo de personalmente) y pese a las interesantes aportaciones que pueda ofrecer este fenómeno, espero que esta moda no se extienda en el casualismo patrio como lo ha hecho el consumo de cocaína. Que uno es anglófilo, pero no se olvida de Gibraltar.
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