BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




jueves, 27 de octubre de 2011

VERANO POLACO (III)


Un lugar imprescindible para visitar si vais a Varsovia y que, sin embargo, no suele aparecer en las guías, es el Museo dedicado al Alzamiento de Varsovia de 1944, acontecimiento bélico mucho menos publicitado que el levantamiento del Gueto, de igual modo que la resistencia polaca ha sido mucho menos mitificada que la francesa pese a ser más combativa. Pero en fin, la historia la escriben los vencedores, y los polacos, como podemos comprobar si visitamos el museo y prestamos atención a lo que nos cuenta, fueron perdedores por partida doble. En él se hace un recorrido diario a los acontecimientos (hay unas hojas que recogen lo más señalado del día a día desde el comienzo de la rebelión y que se pueden ir recopilando, lo malo es que están en polaco), y se nos muestra la vida cotidiana con objetos de aquel tiempo, y el papel que desempeñaron todos los implicados así como el contexto político internacional, de lo que yo destacaría cómo las democracias occidentales regalaron Polonia a Stalin en Teherán para contentarle. Curioso declarar una guerra por un país al que luego dieron la espalda. Hay momentos durante el recorrido en los que realmente te puedes emocionar. También se exhibe una película de propaganda de la época que es todo un documento histórico, así como una opcional en 3D por la que hay que pagar algo más (que realmente no es muy espectacular) en la que se hace un recorrido aéreo virtual sobre la ciudad después de que Hitler ordenara destruírla por completo. El museo es relativamente nuevo, por lo que todo está en un perfecto estado de mantenimiento, aunque también presenta alguna carencia. Las que más me importunaron fueron la ausencia de libros en castellano (y en general una tienda con poco material a la venta) y que la audioguía no abarcara todo el recorrido de la exposición. A pesar de ello, no dejéis de visitarlo si vais por allí, aunque sólo sea para honrar simbólicamente la memoria de los patriotas polacos. Hay una parada de tranvía y los martes está cerrado (justamente yo fui un martes y tuve que volver otro día).


Un enlace por si os interesa profundizar en el tema:


Mi visita coincidió con la celebración del aniversario de la insurrección. Los polacos, y muy especialmente los varsovianos como es lógico, están muy orgullosos de este episodio de su historia.


La ciudad está repleta de placas conmemorativas con el símbolo del Armia Krajova (Ejército Patriótico) en las que prácticamente se repite la misma leyenda: "en este lugar las tropas de Hitler asesinaron a X polacos", cambiando sólo el número de víctimas. Estos lugares se llenan de flores y velas durante la conmemoración, y en el monumento a los caídos situado en la entrada del parque de Ogród Saski hay una guardia que custodia la llama eterna en una especie de "arco del triunfo" francés, aunque mucho más modesto y sobrio, y que en realidad es lo que queda de un antiguo palacio bombardeado. Resulta también impactante ver los agujeros de las balas que aún se conservan en algunas fachadas de edificios.
Este edificio, en su época de los más altos de Europa,
resistió los bombardeos y es de los pocos
que se mantuvieron en pie hasta hoy
El museo dedicado a la Gestapo sí suele aparecer en las recomendaciones para los turistas, pero no me atraía para nada visitar un museo policial. A mí me gusta quedarme con lo positivo de las cosas, y más que ver lo malos que eran los nazis quise comprobar lo valientes que fueron los polacos enfrentándose al ejército más poderoso del mundo con un arma por cada cuatro combatientes. Honor a ellos y a todos los caídos por su país.

Crackòvia es un programa de televisión.

Y Cracovia es la segunda ciudad más importante de Polonia (de hecho fue capital hace siglos) y la más turística. A diferencia de Varsovia fue poco castigada durante la guerra y conserva muchos edificios de época medieval. Prácticamente en un día puede verse todo, aunque no en profundidad, por supuesto. Llama la atención la catedral, con su fachada con dos torres desiguales. En una de ellas se sube un bombero y toca una melodía con una trompeta. Yo lo vi a las dos de la tarde, aunque no recuerdo si es la única hora en la que lo hace.


Según una leyenda, hubo dos hermanos encargados de la construcción, uno de cada una de las torres. Uno era vago (el que la hizo más baja) y al ver lo alta que había hecho su hermano la suya, le dio un "ataque de celos" y lo mató con un cuchillo. Dicen que aún está allí el arma, aunque yo no la vi. Quién iba a pensar que Caín y Abel eran polacos.Toda una metáfora de los derbys cracovianos, al parecer la afición de los hooligans locales por los cuchillos viene de lejos, ¿no dicen que es una tradición?. Y si las mujeres polacas son guapas, en Cracovia son espectaculares, hasta las turistas parecen contagiarse de tanta belleza.
 

¡Blowing bubbles en Cracovia!


En Cracovia comí muy bien y barato a mi modo de ver pese a ser una ciudad más turística que Varsovia. Aunque una pinta que me tomé en un irlandés resultó más o menos lo que se puede pagar por aquí. Comí un plato que tenía un poco de todo: salchicha negra (una especie de morcilla), salchicha, otra salchicha de patata, panceta, col, chuletitas de cerdo con ajo y miel, dos escalopes y pepinillo regado con dos pintas de cerveza local. Y vodka para bajarlo, por supuesto, que resulta algo más suave que el ruso y que se suele endulzar con zumos de frutas o hierbas, como el orujo y esos licores que tanto nos enloquecen. Pues bien, todo eso (no pude con postre, de hecho incluso dejé un poco de comida) por 60 zloty, incluída la propina, algo así como unos 15 euros. Me quedé con las ganas de probar el típico queso de oveja con arándanos que venden en la calle. Pero cuando yo fui sólo vendían en los carritos rosquillas de esas parecidas a las del Oktoberfest.
Lo cierto es que comí muy bien y bastante barato en general, aunque la comida polaca es una mezcla entre la alemana y la húngara. Y no es muy variada. Destacar los típicos pierogi (unas pastas rellenas con carne o verduras con forma de empanadillas pero que vienen a ser como unos canelones), buenísimos, y las sopas, una especie de panqueques de los que no recuerdo el nombre, las salchichas y embutidos de todo tipo, así como los pepinillos que están por todos lados allí. También comí una manteca de cerdo con chicharrones buenísima. Y la mejor tarta de manzana que he probado en mi vida. Y gracias a uno de mis anfitriones, almorcé en la terraza de un exclusivo restaurante de la alta sociedad varsoviana, aunque allí el menú fue algo más convencional y menos típico. La cerveza y el té son las bebidas nacionales y me llamó la atención la ausencia de vinos en un país tan católico donde es imprescindible para la eucaristía. Prácticamente todo el vino que se consume es alemán.
¡Ah! También comí unos deliciosos huevos con jamón al estilo Casa Lucio y unas croquetas de bacalao en el Toro Tapa (¿o era Tapa Toro?), un bar español situado en un centro comercial rollo Porto Pi (pero no a lo bestia) que está cerca de la estación. Desgraciadamente no tenían sobrasada pese a estar incluída en la carta.
Bueno, no me extenderé más con el relato de mis vacaciones en Polonia porque tampoco hay mucho más que contar y hay otras historias haciendo cola para salir en este blog. Sólo quiero acabar agradeciendo una vez más la hospitalidad de mis anfitriones a los que espero volver a ver allá por San Patricio si Szawa vuelve a seducirme con sus cantos de sirena.
Dzięki za wszystko. Będziesz na zawsze w moim sercu


martes, 25 de octubre de 2011

BIEL CERDÀ UNO DI NOI


Porque somos diferentes, porque no queremos que nos digan lo que tenemos que opinar y porque Serra Ferrer no es Dios pero se le parece un montón.

FUCK PEÑISTAS!!!

sábado, 15 de octubre de 2011

¡POTATO LIBERTAD!


Ya sabes, aquí estamos para lo que necesites... Que te sea leve.

¡ANIMACIÓN SIN REPRESIÓN!

viernes, 14 de octubre de 2011

FUERA DE CONTROL




Hace poco volví a difrutar con la, para mí, mejor película de Nick Love (con permiso de "The football factory"). "Outlaw" (en español traducida con el desacertado título de "Fuera de control", aunque menos desacertado que el de "Diario de un hooligan") es todo un tiro en la frente de este sistema. Centrado en Gran Bretaña (es interesante verla después de las revueltas en Inglaterra de este verano) pero aplicable a cualquiera de nuestros países "civilizados", es una dura crítica a los gobiernos bienpensantes que exprimen a impuestos o utilizan como carne de cañón al honrado ciudadano mientras toleran, protegen, y hasta premian a delincuentes, maleantes y basura.
Es una revisión más de la justicia popular, es cierto, temática a lo mejor nada original y que engloba desde "Harry el Sucio" hasta "Taxi driver" pasando por toda la época dorada de Charles Bronson, pero no por ello deja de ser un enfoque nuevo a la misma. Una sociedad sin valores (jóvenes violentos y a la vez cobardes, sin respeto a nadie ni a nada; mujeres que abandonan a sus maridos ausentes; gobiernos que olvidan a sus héroes; policías corruptos sin sentido del deber; compañeros que traicionan por dinero;... egoísmo, materialismo, hedonismo) permisiva con los delincuentes y opresiva con los trabajadores. Por desgracia aquí en España, donde un imbécil que llama "retrógrados" a los partidarios de la cadena perpetua puede llegar a ser ministro (le deseo que experimente alguna vez en su vida aunque sea una parte del sufrimiento de la madre de Sandra Palo, por poner un ejemplo), podríamos hacer varias películas sobre esto, pero claro, no serían políticamente correctas. 
A alguno le mareará esa cámara en mano, nefasta herencia del movimiento Dogma, pero estoy seguro de que el lector medio de este blog (excluyendo seguramente a los policías que sé que lo visitan) encontrará este filme muy apropiado. Si no la habéis visto antes, no os la perdáis. Y si lo habéis hecho, volved a saborearla, como hice yo y volveré a hacer. Imprescindible.



¡OJO POR OJO, DIENTE POR DIENTE!

jueves, 13 de octubre de 2011

miércoles, 12 de octubre de 2011

domingo, 9 de octubre de 2011

DIE BESTE LIGA DER WELT



"Odio eterno al fútbol moderno", uno de esos mantras que de tanto repetirlos pierden fuerza y sentido. ¿A qué fútbol moderno? Si nos referimos al de la Liga BBVA, totalmente de acuerdo: sólo dos equipos con posibilidades de ganarla, precios por las nubes en un país donde a duras penas llegamos a fin de mes... los que trabajamos (¿soy el único que piensa que el fútbol debería ser gratis para los parados?), horarios inciertos, ley seca, represión policial, ciberultras (ahí me incluyo yo, para qué negarlo -aunque más en lo de "ciber" que en lo de "ultra"-, esta temporada si exceptuamos un torneo veraniego no he pisado la grada de mi estadio ni creo que lo haga), dictadura televisiva, una prensa de pandereta, huelgas de pacotilla montadas entre patronal y sindicatos para que el Estado (o sea, tú y yo) gaste más dinero público (o sea, el tuyo y el mío) en este ruinoso "negocio" que es el fútbol... por no hablar de la compraventa de partidos, las mafias de las apuestas, etc, etc, que ni salen a la luz y si salen es para correr un tupido velo y crucificar al denunciante. Evidentemente todo eso se refleja en unos estadios con más plástico que espectadores. Antes era cemento, qué pena tanto dinero gastado en reformas y lavados de cara para que se siente el aire.
Pero si nos referimos al fútbol moderno en Alemania, sucede algo diferente. Con muchos defectos como los que acabo de señalar, pero también con muchas más virtudes que, al menos, los compensan. Como decía sabiamente mi querido Dandy mientras veíamos un partido alemán en uno de los biergarten que nos alegran el verano: la Bundesliga es la mejor liga del mundo. Tal vez no cuente con los mejores equipos del mundo ni con los jugadores más guapos, pero es más abierta, con más espectáculo, precios populares y, en consecuencia, colorido en las gradas, estadios llenos (la gente no paga para aburrirse, luego se supone que hay también buen fútbol), horarios determinados a principios de temporada, gradas de pie, venta de artículos de todo tipo con los colores del club... El fútbol negocio no es el problema, sólo que el negocio debe servir al fútbol, y no el fútbol al negocio, que es lo que ha pasado en este país. Ésa es otra reflexión que habría que hacer otro día, el negocio nunca es malo, lo malo es la ruina. O que el negocio de algunos arruine al resto, o a la masa. Y el fútbol, sin resto y sin masa, no es nada.
Hace tiempo que decía que iba a dejar de ser socio y creo que es la decisión más acertada por mi parte en los últimos años... tal vez la única, ciertamente, pues soy maestro en el arte del error. Seguiré con mis neuras en este blog, seguiré dejándome caer por los alrededores del estadio, especialmente en citas puntuales, pero no me van a engañar más. A la mierda este puto circo. Y no lo digo por el RCD Mallorca, que se merece más apoyo ahora que nunca pese a sus guerras internas, que dicho sea de paso, también me aburren. Abandono. Estoy cansado. Y no porque odie el fútbol moderno. Desearía emigrar para poder disfrutar de otro tipo de fútbol moderno. Un fútbol alegre, con ilusión. Pero animar o seguir apoyando a un club que compra plazas no sé muy bien para qué, me parecería incongruente, hipócrita e indigno por mi parte. Todos han acabado con mi paciencia y con la de muchos. Y no sé si hablo sólo de fútbol, la verdad.  

sábado, 8 de octubre de 2011

CAPARRÓS RULES

Sigue la moda grafitera. ¿Tendrá algo que ver la destitución del anterior entrenador de porteros con estas últimas pintadas? Uno, que es muy mal pensado, como ya habéis visto...


Pintadas en Son Moix Contra los consejeros Cerdà y Claasen. En la mañana de ayer aparecieron en las inmediaciones del estadio de Son Moix unas pintadas en contra de los consejeros Biel Cerdà y Utz Claasen, afines a Llorenç Serra Ferrer en el enfrentamiento que mantiene este con el director general del Mallorca Pedro Terrasa. Cerdà ha sido el blanco de las críticas de la Federació de Penyes, que en la reunión del pasado viernes 30 de septiembre llegó a reclamar su salida del Consejo. Mientras, el alemán Claasen se ha decantado por el máximo accionista y, en la entrevista concedida ayer a este diario, aseguró que no siente ninguna ´pena´ por la marcha de Michael Laudrup.

http://www.diariodemallorca.es/deportes/2011/10/08/cladera-dando-imagen-lamentable/709927.html

En cualquier caso me parece una contradicción pedir esto en la grada



y pintar lo otro en la calle.

jueves, 6 de octubre de 2011

VERANO POLACO (II)


LEGIONISTA SOY


Como en el capítulo de "Football hooligans international" dedicado a Polonia el bueno de Danny Dyer no pudo entrevistarse con los hooligans de Varsovia, voy a levantarme el cuello de la chaqueta y a contaros algunas historias futboleras de la capital polaca que espero que sean de vuestro agrado.


En primer lugar debo decir que el Polonia fue el primer equipo de la ciudad al haber sido fundado en 1911. Por eso se dice que la gente de Varsovia de primera generación era de este club, y que de Legia es la gente que emigró a la capital. No sé hasta qué punto eso es cierto, pero está claro que el Legia es el amo y señor absoluto de Varsovia en la actualidad. De hecho, el Polonia probablemente quede reducido con el tiempo a una presencia testimonial, como la del Baleares en Palma, aunque con mucha más dignidad, por supuesto.


El estadio del Legia, rebautizado con el nombre de una marca de refrescos que me niego a nombrar, está situado en la parte sur del centro de la ciudad, cerca de la embajada española por cierto, en un complejo deportivo que cuenta también con distintos recintos como pista de hielo o cancha de tenis, pues el club tiene secciones de hockey patines, atletismo, tenis, baloncesto, gimnasia... Tuvo entre otras (no sé si aún la conserva) una de pentatlón, como es lógico en el club del ejército, ¡e incluso de vela! Y también tuvo una sección de speedway, que son unas carreras de motos muy populares en Polonia, que también arrastran hooligans, y que es uno de esos deportes, como el fútbol gaélico, que aquí sólo conocemos por el "Gillette world sport" ése que hacían hace unos años en Canal+.


En los alrededores hay hooligans las 24 horas del día, que se van turnando para hacer guardia y así evitar que niños pintores como los de Palma hagan travesuras. Allí se distingue muy claramente entre hooligans y ultras. "Hooligans" son, claro está, los que se pegan por fútbol. Y "ultras" los que dan colorido. Y "picnic" es como se llama a los domingueros. A mí, veterano mediterráneo que es uno, me llama la atención porque no concibo que haya ultras que no sean a su vez hooligans. Al igual que no concibo que haya casuals que tampoco lo sean. Pero bueno, supongo que las palabras van variando su significado y tal vez algún día acabe llamando "ultra" a cualquier asiduo de la Grada Jove, del mismo modo que algunos que aún no saben de qué va la cosa se empeñan en llamar "hooligan" a cualquier borracho inglés tatuado. Aunque yo creo que esa diferenciación hooligans-ultras es más bien de conceptos, seguro que hay más de uno que pone cartulinas por la mañana y se da de hostias por la tarde.
Pero bueno, volvamos a la escena en Varsovia, que es en lo que estábamos. Es curioso señalar que los hools de Legia tienen prácticamente el monopolio en la seguridad de los clubes nocturnos. Ello hace que las estrellas del equipo no puedan disfrutar plenamente de la noche varsoviana, pues frecuentemente son "aleccionados" por los porteros para que no se excedan en sus celebraciones nocturnas ni descuiden su estado físico. Supongo que, por contra, a los jugadores del Polonia no tendrán inconveniente en invitarles a unas consumiciones a cuenta de la casa...


Otra de las diferencias entre ambas aficiones es la musical. En Legia es frecuente la vinculación a la cultura hip hop y tienen bandas de rap (¡rap blanco, eso sí!), mientras que en el Polonia siguen más ligados a los sonidos tradicionales del oi! y el ska. Lo que me desilusionó bastante fue no presenciar ningún hardbass. Como podéis comprobar, el hardbass de Varsovia es bastante pobre. ¡Qué lástima!, se les ve tan jóvenes... Y qué recuerdos al ver ese vídeo del insti... como en clase de catalán con cierto inolvidable profesor... 




Para presenciar los partidos, actualmente es necesario dar los datos previamente para sacarse una tarjeta y poder adquirir la entrada. De cara a la Eurocopa hay bastante represión (mucha policía secreta, cárcel por encender bengalas,...), pero yo creo que es algo normal en un país con tanto hooliganismo, y no es en absoluto desproporcionado como en España, siempre bajo mi humilde opinión. Además, los partidos de derechas no suelen meterse en estos temas, pues saben que una parte muy importante de su electorado y de  sus bases es habitual de las gradas. Durante mi estancia, incluso, unos senadores de la extrema derecha pidieron el indulto para uno de los líderes de la hinchada del Legia, actualmente encarcelado por actividades ilícitas.


Una historia curiosa relacionada con el tema de la represión es cómo a finales de los 80 y en la década de los 90 se pusieron de moda las chaquetas del Ejército Británico con forro reflectante. Y se pusieron de moda porque al ser grabados los hinchas con el sistema VHS, los colores del forro se difuminaban en la imagen y hacían que los hooligans prácticamente fueran imposibles de identificar. Así que el gobierno intentó prohibir el uso de estas prendas, medida que fue recurrida por todas las hinchadas unidas y que tuvo que retirarse finalmente por ser anticonstitucional. Pero luego vinieron las cámaras digitales y las chaquetas perdieron su "glamour"...


Ya que estamos con la moda, está claro que el casualismo no ha llegado a Polonia, aunque me llamó la atención la existencia de un grupo en el Legia llamado Elegant Boys, que van con traje y corbata.


Pero el resto es más propenso a la sudadera con capucha y a la ropa deportiva.  Un poco de publicidad gratuíta y desinteresada. De nada.


También sigue presente la estética skinhead. Tirantes blancos y negros, los rojos son cosa de nazis y alemanes como los del Ruch. En Varsovia no hay redskins (¿qué es eso de "pieles rojas"?), pero sí SHARP y skins cristianos. Volviendo al casualismo, incluso fui aconsejado en vestir de otra manera si finalmente acudo a la Eurocopa, más a lo "Paquito chocolatero" (los españoles no están mal vistos gracias al Generalísimo y a nuestro nulo historial de incidentes con la Selección), pues podrían confundirme con un inglés y tener problemas. Pero de eso nada. ¡Casualismo hasta la muerte! Y nunca mejor dicho. Aunque pensándolo bien, tampoco está mal eso de lucir con orgullo los colores patrios...

El 1 de septiembre tuvo lugar el homenaje a Kazimierz Deyna,
un símbolo para Legia adorado por sus hinchas.

La hinchada del Legia también tiene su Tomeu Terrasa, en este caso se trata de Adam Michnik (aunque su nombre real es Aaron Szechter) dueño del periódico Gazeta Wyborcza y cuyos  padre y hermano fueron jueces en la época comunista y sentenciaron a muerte a muchos opositores, condición que se le recuerda a menudo.  También tienen su Vicente Grande, el magnate de la comunicación Mariusz Walter, propietario del club y curiosamente también excomunista y de raíces hebraicas, al que también estuvieron enfrentados aunque parece que últimamente las cosas están más calmadas tras la marcha del anterior presidente (que sería su Biel Cerdá) y la creación de la nueva grada de animación, la Zyleta (la "Cuchilla", que sería su Grada Jove, aunque las comparaciones sean odiosas).

En fin, hay otras historias futboleras sobre las que no debo profundizar y con las que no os aburriré más, como las chicas que pelean codo a codo con sus hombres, la forma de organizarse y distribuírse en las quedadas, o las historias de infiltrados en el grupo rival. Pero infiltraciones de verdad, "profesionales", no como esos guarretes que dicen que van a Son Moix de incógnito... Un verdadero... enigma.

El estadio construido en Varsovia para la Eurocopa intenta recrear la forma de una típica cesta polaca.
Lo curioso es que pese a ser el Legia mi principal motivo de interés futbolístico, el primer estadio que visité en Varsovia fue el del Polonia. Y de hecho, fue una situación bastante tensa, tras haber consumido gran cantidad de cerveza en distintos pubs frecuentados por gente del club decano de Varsovia. El primero de ellos fue uno situado en un callejón del centro de la ciudad frecuentado por punks y skins hace algún tiempo. Las cosas acabaron de mala manera y un punkie murió tras un ataque skin por un cóctel molotov. Como podéis ver en la foto, aún se puede apreciar parte de la pared calcinada.


Luego nos dirigimos al barrio del Polonia. Me vais a perdonar, pero no recuerdo cómo se llama. En ese barrio todo el mundo es seguidor de ese club, no hay disidencia posible. Bueno, todo el mundo menos uno de mis cicerones que vive allí, aunque en su descargo debo decir que es de fuera de Varsovia.


Con el cebollón en un pub cercano pusimos rumbo al estadio, que estaba a unos 50 metros. He de señalar que no hay bares propiamente del Polonia o del Legia. Sí hay bares frecuentados por los hinchas, lógicamente, según estén ubicados cerca del estadio o en una u otra zona de la ciudad, pero ninguno exhibe simbología de ningún club ni hay peñas para evitar ataques y las iras de los hinchas rivales. El caso es que fuimos al estadio (que, por cierto, es de estilo inglés, de estilo clásico y muy elegante, me gustó mucho) para hacer unas fotos y al vernos llegar, el segurata (un tipo enorme y curtido vestido al estilo paramilitar) nos dijo que por favor nos fuéramos, que no quería provocaciones, mientras mis compañeros le decían que sólo era un turista español que quería hacerse unas fotos y tal. Al final aceptó a regañadientes e incluso puso paz cuando uno de los hinchas del Polonia salió del bar del estadio para pedir explicaciones sobre qué hacían allí tres tipos del Legia.


Hechas las fotos para el blog (para que veáis lo que me arriesgo por mis galletitas), nos fuimos del lugar echando algún vistazo a nuestras espaldas. Nada más salir, un coche de policía con dos agentes nos paró. Entonces sí que empecé a preocuparme, yo sin entender nada de polaco y sin documentación. Afortunadamente los policías tenían bastantes menos ganas de lío que nosotros y se fueron tras intercambiar algunas impresiones con mis amigos. Muy majos, la verdad. Ante la posibilidad de que algunos hooligans locales hubieran salido del pub en coches para buscarnos, optamos por pillar un taxi y largarnos de allí.
Por cierto, que esa noche se dio la situación más surrealista de mi viaje cuando acabamos en casa de una familia gitana donde pude comer pierogi y codillo y donde, debido a mi lamentable estado etílico, incluso me arranqué a cantar "Bésame mucho" con un viejo gitano a la guitarra.



NOTA: Creo que me he ganado alguna enemistad en Zaragoza, así que antes de que haya que lamentar alguna desgracia, aviso de que esta amistad con Legia es algo personal (aunque transferible) y de que NINGÚN GRUPO O PEÑA DEL RCD MALLORCA ESTÁN RELACIONADOS CON EL LEGIA DE VARSOVIA. Creo necesaria esta puntualización aunque en el pasado me pareciera haber visto banderas de Legia en La Romareda. Tal vez fueran robadas. O tal vez lo soñara, que yo sueño cosas muy raras.


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