BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




sábado, 2 de noviembre de 2013

BROCHE FINAL

Seis heridos en un bar de Punta Ballena tras una agresión con arma blanca

Una fiesta de Halloween en Punta Ballena acabó con seis personas heridas por arma blanca, entre ellas el presunto agresor, que fue detenido por la Policía Local de Calvià. El sospechoso fue traspasado después a la Guardia Civil de la localidad, que se ha hecho cargo de la investigación del caso.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 03.30 horas de la madrugada de ayer. Al parecer, en un bar de Punta Ballena se realizaba una fiesta de Halloween a la que asistieron numerosos jóvenes extranjeros, la mayoría de ellos británicos, que han trabajado este verano en bares de Magaluf. Celebraban Halloween y también el fin de la temporada turística.
En un momento dado se inició una discusión en el interior del local entre dos personas. La disputa se trasladó a la calle y unas veinte personas participaron en la trifulca, en la que hubo golpes y botellazos.
Uno de los implicados, que luego sería detenido, sacó una navaja e hirió a cinco personas, de las cuales cuatro fueron evacuadas a Son Llàtzer y Son Espases. Dos de las víctimas, de 30 años y nacionalidad británica quedaron ingresadas, con sendas puñaladas en la espalda y el abdomen.
La Policía Local detuvo al sospechoso, un portugués de 25 años que ha trabajado como disc jockey  en la zona. Lo acompañaron al PAC de Santa Ponça para ser asistido de las lesiones y luego lo trasladaron al cuartel. Posteriormente lo entregaron a la Guardia Civil de Calvià, cuya Policía Judicial se ha hecho cargo de la investigación. El detenido está acusado de homicidio en grado de tentativa.
 
 

viernes, 1 de noviembre de 2013

PEAKY BLINDERS

Peaky Blinders es una serie basada en la banda criminal del mismo nombre que actuaba en la Birmingham de principios del siglo pasado. Tan sólo he visto un capítulo, pero si no la conocíais aún, os la recomiendo porque promete. La ambientación está muy trabajada y la trama es de las que enganchan. Un policía con un toque a lo Eliot Ness, llega junto con sus particulares intocables, en este caso protestantes reclutados en Irlanda, oficialmente para combatir la degeneración y la corrupción de la ciudad, pero extraoficialmente para seguir la pista de un cargamento de armas robado. Es curiosa la llegada del funcionario a la ciudad, una especie de Punta Ballena pero menos saturada y con gente mejor vestida.
No digo más, degustad sus seis capítulos con calma y unas pintas.




miércoles, 30 de octubre de 2013

THE HOOLIGAN WARS

The ice cream wars o The hooligan wars, la verdad es que no sé cuál es su título original, de los mismos responsables de White collar hooligan, es otra muestra más de eso que ya he comentado en otras ocasiones, una película que pretende ganar un público futbolero con el señuelo del hooliganismo. Y la trama desde luego parece calcada a la de la película anterior, a la que podríamos llamar "gemela": mismo reparto y un argumento muy similar, sólo que en esta ocasión combinado con el de La camioneta, la comedia de 1996 ambientada en Irlanda durante el Mundial de Italia '90. Las dosis de hooliganismo son escasas, testimoniales, pero eso sí, convenientemente insertadas en el trailer.
Narra la historia de un futbolista profesional que se ve obligado a reinventarse, no por la crisis o su mala calidad, sino por una grave lesión en la pierna tras una alevosa agresión (no me queda claro el motivo de la misma). Así que monta un negocio ambulante de helados, pero tras ser amenazado por la mafia polaca del vecindario, se ve obligado a recurrir a los servicios de criminales autóctonos (el mejor siempre será el mafioso local), y lógicamente, eso hace que su situación se vuelva aún más complicada. Curiosas las pancartas de Cracovia en el estadio.
Para pasar el rato sin más.

martes, 29 de octubre de 2013

ANNIS, REMEMBER:

 
 
CARDIFF IS RED


sábado, 19 de octubre de 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

COLONIA-OBERHAUSEN 2013 (III)



 
¿Qué mejor colofón para un fin de semana en Alemania que un partido de fútbol? El domingo por la mañana jugaba el Colonia contra el Aalen. El Colonia tenía opciones de ascender y el rival no era nada del otro mundo, un equipo del montón. Dado que la noche anterior no hicimos muy tarde, estábamos más o menos frescos para disfrutar del primaveral domingo.
Con el tiempo algo justo cogimos de nuevo la línea 18 del tranvía y pusimos rumbo al estadio. No habíamos comido nada antes de partir y tanto mi compañero de andanzas como yo estábamos desesperados por meternos algo entre pecho y espalda ante la incompresión de nuestro anfitrión que sólo se preocupaba de llegar a tiempo para el partido. "¡Cuánta hambre se pasa en España!" debía pensar, pero lo cierto es que sigo sin entender cómo esa gente puede estar tanto tiempo sin probar bocado. Al final tuvimos que esperar a entrar al estadio para poder comernos sendas fricandelas regadas con cerveza. Cerveza con alcohol, por supuesto. Yo entré con un carnet infantil tras pagar un suplemento de 3€, lo cual me parece una buena manera de aprovechar un abono que nadie va a usar. La comida y la bebida la pagaron nuestros amigos con unos resguardos, no sé muy bien cómo iba la cosa pero creo que les hacían algún descuento por ser socios. Como digo, la cerveza era con alcohol, allí no ha llegado la sharia, aunque en unos puestos regalaban cerveza sin alcohol (la que aquí te venden en el estadio "por el precio de un riñón") que no parecía interesar mucho a los aficionados. A diferencia de Inglaterra se podía beber también en la grada, donde unos sonrientes helmuts* llevaban vasos, de medio litro aproximadamente, en bandejas.
Nosotros estábamos en el fondo ultra donde conviven distintos grupos. Nuestros amigos pertenecen a Boyz Köln. Aparte de ellos están Wilde Horde y Coloniacs, y alguno más que desconozco o que no recuerdo. Los hooligans, que colgaron una pancarta de homenaje en el descanso en memoria de uno de sus miembros recientemente fallecido, se sitúan en el fondo opuesto. La grada era de pie, ¡qué gusto poder volver a vivir el fútbol como Dios manda! Y sin policía que ofendiera la vista. Bueno, realmente no había policía en todo el estadio.
Llegamos, como apuntaba, con el tiempo justo. La interpretación del himno por parte de la afición fue espectacular, combinando palmas y bufandeos de una forma muy organizada, típicamente alemana. He visto algún vídeo por la red pero ni punto de comparación a lo que yo viví en directo. El tifo no fue para tanto, por no dejarlo en "no fue" a secas, se limitó a unos cuantos estandartes, banderas y bufandas. También típico germano. Más jugoso fue el tifo protesta en el descanso contra la presencia de cámaras de vigilancia.
Varios ultras dirigían los cánticos con megáfonos y el ambiente no decayó en ningún momento, manteniéndose el tifo vocal a un nivel muy óptimo durante todo el encuentro y transformándose en una explosión de euforia con el gol de los locales prácticamente en el último minuto (¡qué gusto también poder volver a subirse a una valla!), lo que le daba opciones de ascender. Lamentablemente ya sabréis que al final no pudo ser.
 Al final del partido nos hicimos con algunos artículos no oficiales que vendían en la calle. Me quedé con las ganas de comprar una bufanda conmemorativa de la extinta y enterrada amistad entre Colonia y St Pauli. Para celebrar la victoria fuimos a tomar unas cervezas al bar donde se reúnen los hooligans de Cologne Streetfighters, entre los que vimos alguna cara conocida del concierto. Llevaban camisetas rojas confeccionadas en honor de su camarada. Según nos contaron, el funeral fue muy sentido, con presencia de muchos old faces y hasta de un gaitero al estilo celta. Gente ya veterana y curtida, bona gent, alguno con la parienta y uno que estaba convencido de que yo era inglés, no será por mi dominio del idioma, desde luego.
Por desgracia se acercaba la hora de partir y era cuestión de comer algo. Al final conseguimos invitar nosotros y lo hicimos en un restaurante especializado en escalopes de todo tipo (me río yo del Skalop) en plena zona de ocio universitaria y carnavalera. Yo di buena cuenta de un schnitzel típico vienés, mi particular manera de rendir homenaje a nuestros comunes amigos austriacos.No en vano, fue por ellos como comenzó esta amistad.
Pero lo más surrealista estaba por venir, y fue en el trayecto de vuelta. La verdad es que nos ha pasado de todo en los aviones, como ir con gente que no quería estorninos** a su lado, ser pilotados por Jesús Gil... pero lo de este vuelo no tiene nombre. El sobrecargo nos daba las informaciones pertinentes y las iba intercalando con estrofas de "María de la O", todo en el mismo tono neutro, totalmente serio. Nos recomendaba especialidades de rata para comer, perritos calientes de chihuaua (la verdad es que no me extrañaría que Michael O'Leary adoptara chuchos en las perreras para hacer salchichas y venderlas en sus aviones) y otra serie de barbaridades similares que no recuerdo. Ignoro si el tipo quería que lo despidieran, si era una especie de "sello personal" o alguna estrategia publicitaria de Ryanair, pero es totalmente verídico y la verdad es que nos quedamos pillados porque el tío siguió con lo mismo hasta llegar a Palma.
Concluye así la crónica de mi primera visita a Colonia que a las Pintas pongo por testigo de que no será la última. 
 
* Apelativo en tono cariñoso que hace referencia a individuos de raza negroide.
**Apelativo en tono cariñoso que hace referencia a individuos de raza negroide.



ANDRZEJ FONFARA

Voy a hablar de un boxeador polaco profesional y aficionado del Legia Warszawa que ahora reside en Chicago y compite en el peso semi pesado. Andrzej Fonfara es un boxeador corpulento, de 1'88 metros, y que se caracteriza técnicamente por sus golpes precisos, para mí un campeón en su categoría. Su último combate que vi fue una pelea en la que se enfrentó al boxeador "español" Gabriel Campillo, que perdió por KO contra el púgil polaco. Con un total de 27 combates, veinticuatro de ellos ganados, quince con KO, y dos perdidos, se puede ver que es un boxeador excelente.
Andrzej Fonfara empezó a introducirse en el mundo del boxeo con el club de fútbol Gwardia Warszawa, que milita en la liga Polish A Klasa, la séptima liga polaca. Después de un tiempo decidió irse a la sección de boxeo del Legia Warszawa, un gran equipo. En 2006 empezó su carrera profesional, cuando en Ostroleka ganó por mayoría de puntos contra el púgil checo Miroslav Kubik. En fin, esto es lo más destacado sobre este magnifico boxeador, sobre todo por ser del Legia, el que manda en Polonia.
RCDM & L.
Drunken Devil

sábado, 12 de octubre de 2013

Los superhéroes la lían en el centro de Palma

La Policía identifica en Palma a un grupo de jóvenes disfrazados tras recibir quejas por ruidos y acoso a menores

­Spiderman, Flash Gordon, el Capitán América y los Power Rangers tuvieron ayer problemas con la justicia en Palma. La Policía Local retuvo e identificó a una quincena de jóvenes disfrazados de superhéroes tras recibir quejas por acosar a tres menores y causar molestias en las inmediaciones de es Born. Se trata de un grupo de amigos del jugador del Real Madrid y la selección española Álvaro Arbeloa que se encontraban en la isla para presenciar el encuentro contra Bielorrusia.
La pandilla de amigos recorría el casco antiguo de la ciudad ayer por la tarde, en las horas previas al partido, haciendo notar su presencia tanto por su vistosa indumentaria como por sus cánticos. Al parecer, habían estado bebiendo por los bares de la zona y la Policía Local recibió poco antes de las seis algunas llamadas de vecinos que se quejaban de las molestias de un ruidoso grupo de catorce jóvenes disfrazados que cantaban y gritaban.
La cosa subió de tono cuando, según parece, rodearon a tres chicas menores de edad en un callejón entre Atarazanas y la plaza de la Reina. Las adolescentes se sintieron intimidadas e incluso uno de los jóvenes presuntamente la sometió a tocamientos.
En cuanto el grupo se marchó del lugar para seguir con la fiesta, las adolescentes contactaron con la Policía para dar cuenta de lo ocurrido. Varias patrullas se desplazaron de inmediato al lugar y comenzaron a buscar a los superhéroes.
La primera dotación que llegó al lugar, de la Unitat de Seguretat Integral (Usei) de la Policía Local de Palma, no tardó en dar con los alborotadores, cuyos disfraces iban desde Jesucristo a Hellboy, y los interceptó. Los agentes los retuvieron y comenzaron a pedirles la documentación, mientras más patrullas llegaban a la zona y otros policías tomaban declaración a las menores acosadas por los jóvenes.
Todos los jóvenes fueron identificados excepto uno, que no llevaba ningún documento encima y fue trasladado a la Jefatura Superior de Policía para ser filiado, pero no hubo detenidos. Los agentes elaboraron un informe por el presunto caso de abusos sexuales que será remitido al juzgado de guardia con la identidad de todos los implicados, según informaron fuentes de la Policía Local de Palma.
 

OKOLOFUTBOLA

 
 
Al fin he podido ver la película más esperada de este año. Okolofutbola es un filme centrado en las andanzas de un grupo de hooligans del Spartak de Moscú autodenominados Skullhead Crew. El argumento se basa en un típico triángulo amoroso (que es a su vez una morbosa relación prohibida profesor-alumna) así como en otras historias secundarias, pero no os engañéis, eso no es más que una excusa para presentarnos una guía completa de la escena hooligan rusa, y es que la cinta en esencia es un muestrario en el que sale reflejado todo lo que rodea a esta forma de vida: la ropa, las tiendas, las quedadas, la música (aparición estelar de la banda Clown'sball incluída), las drogas, la policía,... ¡hasta el hard bass!
Se nota que el director no es el típico intelectualoide que pretende acercarse desde su punto de vista (casi siempre equivocado) a una realidad que desconoce y a la que se aproxima superficialmente abusando de cuatro tópicos. Detrás hay gente muy metida en la cultura de las gradas por lo bien documentada que está. Además está muy bien rodada, especialmente las escenas de acción, con un montaje muy ágil (incluso demasiado en algún momento), una ambientación muy verosímil, buenas interpretaciones y unas actrices bellísimas (como no podía ser de otra manera).
Me ha sorprendido muy gratamente tras haber visto varias historias en las que los hooligans eran meros figurantes. Aquí son totalmente protagonistas. Una verdadera gozada de principio a fin que estoy ansiando que traduzca algún argentino para poder entender lo que dicen. Con permiso de The football factory (odio la traducción que le hicieron al español), posiblemente la mejor película sobre hinchas jamás rodada.

 

FELIZ DÍA DE LA RAZA

 


Detenidos tres aficionados bielorrusos por causar incidentes antes del partido contra España


 
Tres aficionados de la selección de Bielorrusia han sido detenidos por agentes de la Policía Nacional en los alrededores del estadio de Son Moix después de haber provocado varios incidentes una hora y media antes del duelo entre España y el combinado bielorruso, un partido perteneciente a la fase de clasificación para el Mundial de 2014.
El incidente, que se produjo en la puerta principal del estadio del Real Mallorca, terminó con una carga policial que se saldó con la detención de tres seguidores. Poco después del enfrentamiento, la Policía amplió el dispositivo de seguridad desplegado en la zona.

 
http://ultimahora.es/mallorca/noticia/deportes/noticias/detenidos-tres-aficionados-bielorrusos-por-enfrentamientos-policia.html

http://multimedia.diariodemallorca.es/fotos/deportes/policia-carga-contra-hinchas-bielorrusos-11947_1.shtml

viernes, 11 de octubre de 2013

MÁS RAZÓN QUE UN SANTO


 
"Sa premsa ha estat lo mes negatiu que ha tingut sa Selecció Espanyola de sempre, y me sab greu dir-ho perque jo som periodista, pero jo may a cap mundial vaig voler anar a sa seu de sa Selecció Espanyola perque sabia que tot s'acabaria malament."
 
Se puede decir en castellano...
"La prensa ha sido lo más negativo que ha tenido la Selección Española de siempre, y me sabe mal decirlo porque yo soy periodista, pero yo nunca en ningún Mundial quise ir a la sede de la Selección Española porque ya sabía que todo acabaría mal."
...pero no más claro. Si por la prensa hubiera sido, estoy convencido de que nunca habríamos ganado un Mundial.




Miguel Vidal, periodista y autor de "Un equipo llamado España".

WHITE COLLAR HOOLIGAN 2. ENGLAND AWAY



Esta innecesaria segunda parte de "White collar hooligan" nos muestra al protagonista de la anterior, Mike Jacobs, viviendo en Marbella donde regenta un bar (todos los ingleses que conozco regentan bares, o en su defecto pasan mucho rato en ellos) y está plenamente integrado, pues aunque no habla ni pizca de castellano, se deleita con el Clásico como un españolito más. Ha comenzado una nueva vida feliz con su esposa gracias al programa de protección de testigos. Pero una desgraciada jugada del destino mientras presenciaba un partido de fútbol en Mestalla (podría haber ido a Málaga, pero ya sé yo a qué se va a Valencia sin la parienta con la excusa del fútbol) propicia que le reconozcan unos viejos conocidos. Moraleja: el fútbol sólo trae problemas.
El caso es que esos tipos, sicarios de un mafioso ruso que va comprando clubes de fútbol (un guiño al odio eterno y todo eso) le siguen hasta Marbella y tras liquidar a su fiel empleado Pablo, secuestran a la mujer y le obligan a reunir dos millones de libras pagaderos en cuatro días. Desde ese momento el bueno de Mike intenta jugar sus cartas recurriendo a otros viejos conocidos y elaborando finalmente un arriesgado plan para poder salvar a su mujer. La tensión de la situación se relaja con momentos algo más distendidos, típicos de las comedias de "dos policías muy distintos", y algunas escasas escenas de hooliganismo intercaladas para que los futboleros no nos desenganchemos de la trama. Del resto no os adelanto más pero sí os diré que la escena hooliganera final resulta esperpéntica y bastante ridícula, y que un golpe impactante al final anuncia una tercera parte.  
En resumen, una película que aprovecha el tirón del hooliganismo para atraer espectadores (yo siempre acabo picando) pero que en realidad es un thriller del montón. De todos modos ya estoy deseando que salga la tercera entrega para ver cómo acaba (o continúa) la cosa.

 

miércoles, 9 de octubre de 2013

BALEARIS MAJOR



Lo de los vinos estaba bien para Frasier. Y si aún sigues con lo de los gintonics, es que estás desfasado. Ahora lo que se llevan son las cervezas. Raras, de autor a ser posible. Pero ya no las cervezas de importación. Esas cartas con cervezas de todos los rincones del mundo ya no atraen a nadie mínimamente cool, ahora se busca acceder a marcas cuanto más locales y artesanales mejor. Hechas en la bañera del vecino. Y si además son sostenibles, ya es la rehostia. Es el casualismo en su versión alcohólica. 
Desde la extinta Rosa Blanca (recuerdo aquellas litronas del bar Encuentro que sabían a pies) no se produjo ninguna cerveza en las islas hasta la aparición de algunas iniciativas, algunas más tímidas, otras más arriesgadas, otras más artesanales, que poco a poco se van abriendo camino en ferias y pequeñas tiendas de delicatessen por toda la geografía insular.
Aunque la que os traigo hoy no es artesana y está elaborada en Bélgica. Una cerveza local de importación. ¿Cómo se come (o se bebe) eso? Pues es algo así como una camiseta del Mallorca fabricada en China. O un israelí jugando con una camiseta del Mallorca fabricada en China.
Dejando bien claro que no me considero un experto degustador de cervezas (mi paladar, más que evolucionar, se ha insensibilizado tras muchos años de ingestas desmesuradas e indiscriminadas), esta cerveza rubia de 5 grados me parece algo insípida y suave, le falta algo. Pero ello no es óbice para que la tenga siempre presente en mi nevera. No soy muy quisquilloso a la hora de disfrutar de una birra, la verdad. He llegado incluso a beber Estrella. ¡Y hasta San Miguel! Sólo pido que esté bien fría. Y si es posible, que no sepa a pies.
De momento es relativamente facil de encontrar (yo lo hice en una cadena de supermercados) y no es excesivamente cara. Al parecer la intención de la empresa es producirla en un futuro en las islas y lanzar otras dos, Balearis Minor para Menorca y Balearis Pitiusas para Ibiza (y Formentera, supongo). Le deseamos suerte como se la deseamos a todo emprendedor productor de cerveza.

sábado, 21 de septiembre de 2013

HISPANIAE ULTRAS REQUIESCAT IN PACE



Si algún casual desencantado ha llegado a la conclusión de que la cultura de la que forma parte ha llegado a su fin, ¿no podríamos decir lo mismo del movimiento ultra en España? Creo que ya he apuntado en algún lado mi opinión personal al respecto, dejando clara mi predilección por el modelo británico, pero esta opinión que voy a exponer a continuación no viene condicionada por mis gustos particulares.
De hecho, los que nos metimos en el mundo de las gradas a principios de los 90 estábamos muy influenciados por el modelo ultra, que era el predominante en la Piel de Toro. Y por entonces servidor, naturalmente, también estaba fascinado por el mundo del tifo. Recuerdo que grababa los partidos de la Liga italiana que emitía Telecinco los domingos por la noche (ya lunes, en realidad) para luego verlos al llegar del instituto. Naturalmente, el juego me importaba más bien poco, además era aburrido a más no poder, aunque el calcio dominara en Europa. Me fijaba en las gradas (vacías salvo en las curvas, estilo argentino) y el inicio era lo mejor, el tifo. Si no había coreografía o las cámaras no la enfocaban, intentaba mitigar mi decepción agudizando el oído intentando escuchar los cánticos.
Los ultras italianos estaban de moda. En cualquier grada española veías bufandas bordadas (eran la novedad, frente a las serigrafiadas) de aquéllas que venían en tres páginas a todo color del catálogo de DSO. Hoy daría cualquier cosa por recuperar aquel catálogo que dejé a nosequién y que no volví a ver, lo valoraba más que una revista porno pese a estar en plena adolescencia, la verdad. En Palma, una tienda de recuerdos (cuyo dueño fue quien encargó las primeras bufandas bordadas de Ultras Mallorca) al lado del hoy inactivo Teatro Principal, y que aún existe (la tienda y el teatro, aunque hayan conocido tiempos mejores), era nuestro particular DSO, ahí podías encontrar bufandas de todos los grupos, material italiano, etc. Italia era nuestro espejo.
España fue uno de los primeros países en adoptar el estilo ultra, aunque de aquella manera. Más en el nombre, más como etiqueta, que como modelo de grada. Costó ver un tifo original aparte de los megabanderones y las bengalas, y fueron más impulsados por la desgraciada muerte del niño Guillermo Alfonso que por un esfuerzo imaginativo. Casi hubo que esperar hasta los 90, hasta aquellos primeros mosaicos de Yomus perfeccionados luego por las peñas jóvenes barcelonistas. Pero en la esencia era el mismo modelo que el italiano.
En los 90 comenzaba a vivirse un auge en el movimiento ultra, con grupos como Frente Atlético, Ultras Sur, Ligallo o las gradas jóvenes de Barça y Español realizando espectaculares tifos. Generalmente el proceso era el siguiente: el Frente copiaba a Italia y a continuación, el resto copiábamos al Frente. O al menos lo intentábamos. Se empezaban a ver desplazamientos y corteos masivos, sobre todo en los derbys. En Mallorca lo de los tifos era un querer y no poder, se limitaba prácticamente a unos banderones, aunque lo cierto es que entonces relacionábamos la palabra "ultra" más con la política y las bomber y botas que con las cartulinas. Como bien dijo un Ligallo que nos visitó en una ocasión y que luego hizo una crónica de su experiencia para su fanzine, estábamos en la "prehistoria ultra". En pocas palabras, éramos ultras porque era lo que había.
Pero volviendo al ámbito nacional, decía que entonces había un auge. El pertenecer a un grupo ultra era un rito de adolescencia casi obligado en las grandes ciudades. Y en cualquier pueblecito de nuestra geografía con un equipo en una categoría regional, surgía un grupito de chavales con una sábana y a veces con más banderas (políticas casi todas) que gente, que se autodenominaban "ultras". Quien más quien menos había pisado un fondo o tenía un colega que pertenecía a un grupo.
Aunque algunos quisieran distanciarse renegando de él (y lo siguen haciendo), incluso posicionándose radicalmente en contra y denominándose "antiultras", lo cierto es que en sus características eran prácticamente lo mismo: pancartas interminables, tifos pirotécnicos, material del grupo, politización extrema,... los mismos ingredientes que conformaban la receta ultra servían para la antiultra. Otros renegaron para luego volver a autodenominarse "ultras" y hasta erigirse en adalides del movimiento, pero ésa es otra historia.
Pero la burbuja ultra estalló. Y vino la crisis.
Vino la crisis por las multas y la represión, aunque lo cierto es que las multas ya existían anteriormente. La moda pasó, sencillamente, pero lo peor era que muy pocos grupos habían llegado a funcionar como empresas. Sí, sí, empresas. Eso era lo que nos diferenciaba de Italia. O aún peor, los que habían asumido una organización empresarial lo habían hecho como empresas acostumbradas a la subvención, un fenómeno típicamente español.
Actualmente el modelo ultra está más extendido que nunca. Ahora se ha expandido por el norte y este de Europa. Y por todo el mundo, desde el norte de África hasta Australia, desde Japón hasta EEUU. Pero su centro ya no es el Mediterráneo. Alemania es sin lugar a dudas el espejo donde se mira el panorama ultra actual y es la escena más innovadora, organizada y original, quién lo iba a decir, aunque en los tifos flaqueen bastante a mi modo de ver, y la Zyleta del Legia sea la mejor grada ultra del mundo .
Pero en España creo que el modelo está caduco. Primero, por lo que apuntaba, porque hay poca autonomía, tanto a la hora de viajar como a la hora de acceder al estadio, realizar tifos, etc. Se depende demasiado de los clubes. El ejemplo de Biris, uno de los grupos punteros del panorama español, durante su tira y afloja con Del Nido es una clara muestra de lo que apunto. Un buen tifo es carísimo. ¿Cuántos grupos pueden realizar uno sin ayuda económica del club? No hay autogestión, en pocas palabras. Aunque claro, ¿cómo va a haberla si ni los clubes son autosuficientes? Ojo, que eso pasa en todo el mundo, pero aquí es mucho más palpable. Segundo, porque no hay suficiente gente que se sienta verdaderamente ultra con todo lo que eso significa. A diferencia de Italia, aquí no hay una actitud casi de militarización, no hay ningún tipo de seriedad, aparte de que esa entrega por el club y esa fanatización casi religiosa (y algo teatral) por unos colores no existe. Y la mentalidad, tampoco. Lo cual, por otro lado, no me parece ni bien ni mal, aunque casi hasta prefiero que sea así. Por contra, lo que hay es una politización burda que se antepone al club en la mayoría de los casos. Y tercero, porque hoy en día resulta hasta heroico acudir a un estadio. El tema de horarios, precios, represión, etc, creo que no hace falta ni apuntarlo porque está en la mente de todos.
Creo que el modelo ultra en España está dando sus últimos coletazos. El politiqueo está desfasado y lo que antes encontrabas en una grada ultra está ahora en las asépticas gradas jóvenes, esos sucedáneos de galas de tarde de discoteca sin alcohol, que no son más que la constatación de que el club necesita tanto a los ultras como viceversa.
Y tal vez sea mejor así.
Al menos para mí. Porque aunque no hay nada comparable al espectáculo de un tifo impresionante en una grada abarrotada que retumba con miles de hinchas cantando al unísono abrazados... a mí esas enormes pancartas me parecen ridículas en una grada semivacía y esos mosaicos calculados al milímetro me recuerdan a Corea del Norte. Y además, no soporto las megafonías, sobre todo si se escuchan más que las gargantas de los hinchas.
PD: que quede claro, y reitero, que no es aversión al estilo latino, algún día le tocará el turno a las dichosas cruces de San Jorge, quien parece ser el patrón del hincha español.

martes, 20 de agosto de 2013

COLONIA-OBERHAUSEN 2013 (II)

 

De la terraza pusimos rumbo a la estación de autobuses, donde nuestros amigos habían fletado un autocar para acudir al concierto. Nada más llegar a la misma, mi compañero de viaje y yo "asaltamos" un puesto de salchichas, pues estábamos algo hambrientos, y mientras disfrutábamos de los deliciosos y especiados manjares pudimos ver cómo iba llegando bastante peña con la cabeza rapada, botas, harringtons y ropa de camuflaje. Supusimos que iban al concierto, con cierta sorpresa, ya que creíamos que ya no era habitual esa estética en Alemania entre los seguidores de los Onkelz (porque al fin y al cabo era un concierto de los Onkelz). Pero resulta que iban a coger otro autocar que les llevaba a otro destino y no tenían nada que ver con nuestro concierto. La verdad es que aún estoy intrigado, ¿dónde irían? Tenían cierto aire hardcoreta y un pelín psycho... Cuando comenzaron a llegar nuestros compañeros de viaje ya pudimos comprobar cómo su apariencia sí era más convencional. Entre ellos había un grupito de hools del Colonia que se distinguían por sus camisetas blancas de tirantes, y de los que nuestro amigo D estaba algo temeroso de que pudieran liarla en el concierto con hools de otros equipos, aunque hay que adelantar que se portaron correctamente y no la liaron. Hasta donde yo sé, al menos.
Mientras aguardábamos que el chófer llegara y abriera el autocar, yo comencé a sentir una imperiosa necesidad de aligerar mi vejiga, pero ante el temor de que partieran sin mí conseguí aguantar, aunque no lo suficiente. Nada más abrir el autocar me introduje en el servicio. No debí haberlo hecho, aunque no sé muy bien por qué. ¿Qué tipo de problema puede ocasionar en un bicho de diez toneladas que yo haga mis necesidades en el retrete destinado a tal efecto? Mientras orinaba, el chófer dijo algo por el micrófono. Cuando salí y vi que todos miraban hacia mí con cómica e incrédula expresión, supe que el discursito no era para desear buen viaje al pasaje.
Con buena música, buena compañía y buenas (aunque algo calientes) cervezas transcurrió nuestro viaje a Oberhausen, en cuyo Turbinenhalle se celebraba el concierto. Un recinto enorme que se llenó de mucha peña curtida ya, y algunos más jóvenes, casi todos con camisetas negras. O sin ellas. Yo accedí al recinto con varios kilos de barro incrustados en las zapatillas que me obligaron a dedicar una parte de mi tiempo al día siguiente en adecentarlas, y es que el camino hacia el pabellón estaba lleno de charcos.
 
 
El concierto en sí fue espectacular, con un Kevin Russell en plena forma pese a su evidente aumento de peso (la cárcel no parece haberle sentado mal). Fue un alivio, tras haber visto hace un año a Axl Rose arrastrarse afónico por un escenario, ver que el bueno de Kevin seguía con su voz intacta, aunque no se pudiera mover como antes. Era una gozada disfrutar de los clásicos temas de la banda como si los años y las divisiones no hubieran pasado factura. Los pogos fueron impresionantes pero muy cívicos, en cuanto alguno caía, el resto de danzantes le levantaba y vuelta a empezar.
Entre los cánticos habituales de los seguidores de Böhse Onkelz (eso sí, cambiando el "Onkelz" por "Kevin"), el tema más reclamado fue, por supuesto, el de "Mexico", lo que indica la clara tendencia futbolera del público de Kevin. Así que podéis imaginar la explosión cuando comenzaron a sonar los primeros acordes del tema estrella del Mundial '86. Apoteósico, un pogo continuo. Fue tan ansiado que, de hecho, se me hizo muy cortito, pese a que en los vídeos de aquel día que he podido visitar queda claro que se recreó más de lo que yo recordaba.
Con la vuelta amenizada por viejos temas de la mítica banda alemana y por más cerveza aún más caliente, volvimos a Colonia donde salimos un rato por bares nocturnos en los que sonaban temas arenaleros clásicos. Pero no teníamos cuerpo para mucha juerga (ya estamos viejos para estos trotes), de modo que nos recogimos pronto y no acompañamos, muy a nuestro pesar, a alguno de nuestros camaradas que decidieron acabar la noche en el, dicen, "centro recreativo cultural" más grande del mundo.

 

jueves, 15 de agosto de 2013

EL CASUAL HA MUERTO

Os traigo una traducción algo "libre" (perdonad las puntuales incorrecciones, pero la esencia es la misma) del artículo "The Death Of The Football Casual" escrito por Jack Collins.



El hecho de haber nacido en los años 80 y crecido a lo largo de esa década significó mi involucración en la escena del casualismo al final de sus días de gloria. Muchos dirían que todo había terminado mucho antes de que yo llegara, pero la escena era todavía vibrante, con chicos de todas las edades participando de esa mezcla entre una forma de vestir elegante y violencia futbolera, ampliada significativamente en comparación con la generación anterior a mí.
Ya ha habido una cantidad exhaustiva de ensayos y estudios escritos sobre por qué los muchachos jóvenes se reúnen para pelear en el fútbol, así que me voy a ahorrar las chorradas psicoanalíticas y voy directamente con la regla número uno: no importa cómo seamos o cómo vistamos, los hombres somos animales tribales, y ya sea por el orgullo, el deporte o la supervivencia, vamos a luchar entre nosotros. La regla número dos es que dentro de esos bajos instintos, en los que prima la agresión y un ambiente sin control, el cuerpo experimenta un instinto de supervivencia y la adrenalina que fluye tan ferozmente a través de su sangre crea una sensación más intensa que la que he experimentado con cualquier droga. Es esa sensación la que hace que sea tan adictivo.
Tras unos años recorriendo el país para practicar esta violencia de fin de semana con mis compañeros, experimenté algo que me señaló el cambio. Películas como Football Factory y Green Street han dado a conocer el fenómeno a gran escala, y con ellas llegó una nueva generación de 'casuals' en las que no reconocía nada de lo anterior. Antes, si querías destacar sobre el resto tenías que mostrar un poco de respeto a los jefes mayores, reconocer que había una manera de hacer las cosas, y sobre todo, que ibas a mantener tu posición en una línea.
Con esta nueva generación se trataba exclusivamente de emular un estilo de vida que habían visto en la pantalla: usar la ropa adecuada, usando las palabras correctas, escuchar la música adecuada, jugando con los aspectos violentos, pero sin ensuciarse las manos. Estos chicos no eran de la misma población, como durante las últimas tres décadas de casuals en Gran Bretaña, la fábrica de fútbol había conseguido un nuevo proveedor y estaba sacando copias sintéticas baratas.
Si no me crees, haz una búsqueda de Twitter para 'casuals' o 'awaydays' en un día de partido. Serás bombardeado con centenares de fotos de todo el país con deportivas, pelo de punta y ropa de Stoney, o posando con las capuchas de sus goggle, tratando desesperadamente de crear un estilo de vida que han conocido a través de libros y películas. La realidad es que la violencia en el fútbol no es una escena de película. ¿Crees que en los años 80 tenías tiempo de fotografiarte el calzado mientras unos scousers te intentaban pinchar el culo?
Antes de que se me acuse de ser un viejo gruñón nostálgico y quejica -aún estoy en la veintena-, quiero dejar claro que ya no voy al fútbol, pues los organismos represivos han decidido que no soy lo suficientemente responsable como para acercarme una milla a cualquier campo de fútbol en el país, probablemente por temor a que podría estallar en cólera al ver una bufanda azul y blanca y golpear un montón de jubilados. Pero lo que yo experimenté fue que mi generación fue la última en mantener, o al menos intentarlo ante una cada vez mayor presencia policial, los valores fundamentales de los casuals.
Para mí, la idea de que esto había terminado llegó una mañana en el derby local, (...)cuando tras citarnos por teléfono, nuestros rivales se fueron corriendo al vernos, con miradas asustadas en sus caras. Lo siento amigo, no queremos jugar más. Dadnos nuestra pelota y nos podemos ir a casa.
Ellos pensaban que estaban hablando por teléfono con sus homólogos, los jóvenes pretendientes como ellos que saltaban a la calle gritando hasta que la policía los separaba y podrían ponerse una medalla por el simple hecho de estar allí. Cuando comprobaron que en realidad habían citado a un grupo considerable de veinte a cuarenta y tantos que tenía la intención de hacerles daño, y sin la presencia salvadora de una escolta de policía, vi sus rostros palidecer.
Tanto yo como la mayoría de compañeros de mi edad, independientemente del club, nos metimos en ello porque queríamos formar parte de algo. Éramos de una generación diferente a la de los hooligans originales de los 70 y 80, no había batallas campales de 200 tíos para arriba mientras salíamos en todos los titulares. Todo era muy cerrado y con mucha unidad, tú estabas allí porque querías estar allí. La mayoría de las veces esperabas durante todo el día y no pasaba nada, pero si pasaba, no había segunda línea en la que esconderse, no había una melé en la que perderse y sí una gran posibilidad de acabar malparado. Sabíamos los riesgos que implicaba, pero como cualquier otro muchacho de ideas afines por todo el país, que salía de su casa lleno de energía un sábado por la mañana, estábamos orgullosos de nuestra ciudad y de nuestro equipo, e íbamos a aprovechar cualquier oportunidad para demostrarlo.
Sí, nos gustaba lucir, madrugar para buscar por toda la ciudad el último modelo de adidas, gastarnos el equivalente al PIB de Burkina Faso en una chaqueta que no podíamos permitirnos, pero la imagen fue siempre un añadido. No me malinterpretéis, porque era importante. Era algo más que beberse una cerveza y llevar una camiseta de réplica, consistía en demostrar a tus oponentes (paradójico para un movimiento que nació del deseo de no llamar la atención de la policía) que tú habías llegado y que estabas allí.
Había chavales que llevaban unas Reebok Classics y el mismo polo Lacoste todos los partidos, pero eso no significaba nada. Cuando notas esa sacudida repentina en el abdomen, cuando estás en inferioridad numérica y te están superando, prefiero tener a uno de ellos a mi lado que a una docena de tíos preocupados de que no se les manchen sus adidas. En estos días, no estoy tan seguro de que la mentalidad sea la misma.
Pero con las cámaras y las escoltas policiales y draconianas, la gente podría hacerse llamar casual sin haber tenido una pelea en su vida. Y en un círculo cerrado como el nuestro, donde cualquier policía nos conoce por el nombre de pila, nadie iba a correr riesgos innecesarios, aunque tampoco liarla con el rival un martes por la noche (lo cual es más fácil decirlo que hacerlo, hay que reconocerlo).
¿Y ahora qué pasará con el casual? ¿Será como su primo mod un impresionante recordatorio del pasado estilo cultural de Gran Bretaña, pero sin importancia social? Será simplemente un uniforme junto con una mentalidad redundante y un manual de instrucciones para un estilo de vida determinado. ¿Se encontrará no en los modernos estadios de la clase media, sino en congresos nacionales a los que acudirán veteranos y entusiasmados chavales que exhibirán sus adidas o sus CP Urban Protection tomando una cerveza? Perdonadme si parezco abatido, pero nunca he sido partidario de perpetuarme culturalmente. Cuando una época ya pasó, como ocurre ahora, hay que mirar adelante, dejar el pasado donde está y no quedarse estancado, encontrar una forma de expresión para este tiempo. Después de todo, ¿no es cierto que fue la actitud la que dio la vida a los casuals en primer lugar?

viernes, 9 de agosto de 2013

SOM DE SEGONA

 

La verdad es que ya estaba cansado de la Primera División, liga bebeuvea o como se llame. Así que he decidido hacerme abonado de nuevo. Lo cierto es que no recuerdo la última vez que lo fui. Pero sí recuerdo el primer carnet que tuve y su precio, 5000 pesetas. Entonces el Mallorca estaba en Segunda y no parecía que fuera a ascender de inmediato. A las dificultades económicas endémicas propias del club se añadía un proyecto deportivo nada ilusionante. Éramos de media unos 3000 espectadores en el Luis Sitjar y de las cenizas del extinto grupo Mallorca Sud comenzaba a surgir Ultras Mallorca. ¿De qué sirve jugar en Primera si cuando obtienes una clasificación para jugar competiciones europeas te la quitan luego en los despachos? En Segunda al menos existe la posibilidad de soñar con el ascenso. O la emoción de acabar hundido aún más en el infierno.
En todo caso, qué quereis que os diga. Para ver un Mallorca-Valladolid o un Mallorca-Osasuna en Primera, el aliciente para servidor es el mismo que un Mallorca-Eibar o un Mallorca-Lugo. Y en cuanto a los dos innombrables, bastante los soportamos a diario en todos los medios como para mojarnos las bragas a 120€ cuando nos visitan. Os aseguro que no voy a añorar nada esos 12 puntos perdidos y esos 18 ó 20 goles encajados.
Así que sí, la verdad es que me siento muy a gusto en Segunda. Ya no será como antes, en el viejo estadio, con los viejos bares que ya no existen y las viejas caras que ya se fueron, el marcador manual, los anuncios de "La Casa del Jamón, con el Mallorca y afición", los boleros al descanso (¡sonaba "Patria" en ocasiones!) y aquellas gradas de pie en las que la mayoría permanecían sentados dada la escasa asistencia a los encuentros. Y tampoco me gustaría que fuera así. El pasado está muy bien para recordarlo, no para revivirlo. Ahora será muy distinto a aquello aunque muy similar a lo que hemos podido experimentar en Primera: un estadio casi vacío y un ambiente gélido, aunque con una grada joven bastante decente en cuanto a animación. Y tal vez lleno los últimos partidos si nos jugamos algo gracias al regalo masivo de entradas.
Sinceramente, creo que la Primera nos venía grande, había llegado a aburrirnos, y creo también que no soy el único. Sé que hay abonados de primera, esos que sólo se apuntan al carro cuando jugamos en la máxima categoría. Dudoso mallorquinismo el suyo, pero allá cada cual. Pero yo soy de segunda. Primero, porque no tengo dinero para pagarme un abono en Primera. Y segundo, porque empezaré esta temporada más ilusionado de lo que lo he estado en los últimos años. No tanto como cuando tenía 16 años, pero más o menos con el mismo presupuesto. Aunque ya no en pesetas, sino en euros. Al menos en esta liga no seremos una de las 18 comparsas. Seremos uno de los 22 protagonistas.

miércoles, 24 de julio de 2013

1500 MAGAZINE

A finales de agosto está prevista la salida del número 6 de 1500 Magazine, tal vez uno de los más completos de la escena que hay en la actualidad. Y es que a mi modo de ver, esta revista tiene casi todo lo que se puede pedir a una publicación dirigida a gente de fútbol. A gente que entiende el fútbol como nosotros, vamos. En esta publicación podemos encontrar ¡artículos sobre fútbol!, así como crónicas de conciertos al más puro estilo puntaballenero, artículos de opinión, recomendaciones sobre ropa y música, reseñas de estrenos cinematográficos,... Una miscelánea casualística de lo más interesante en mi humilde opinión.
He de dejar claro que a mí los artículos sobre futbolistas, entrenadores, etc, me interesan más bien poco (aunque al menos están centrados en la Premier League), pero creo que lo que diferencia a esta publicación de otras de culto dentro de la movida es que se habla de fútbol. ¡Cojones, que los casuals son futboleros, no marujas! ¿Qué pintan recetas de cocina en un fanzine casualístico? ¿Qué será lo próximo, recomendaciones de móviles y coches? Aunque el fútbol actual sea una mierda, debemos recordar cuáles son nuestros orígenes, ¿no? ¿Y por qué digo que tiene casi todo lo que se puede pedir? Porque faltan las tetas de Nuts. Un poco de chicha femenina sería ideal...
Sin embargo, aunque ésa es la idea, que como digo, es buena, el resultado final no me acaba de convencer. Más de la mitad de su contenido es futbolístico. En el último número salido el mes de mayo, que es el que nos ocupa (aunque la estructura es similar en números anteriores), viene incluso un reportaje sobre el Chievo Verona, que no interesa a casi nadie, con el imperdonable error de confundir la afición del Hellas con la del citado club de la misma ciudad. Sólo salvaría una entrevista al responsable de Weekend Offender y las páginas del apartado musical. Si a eso añadimos el escaso número de páginas (cuarenta), hace que el resultado final sea algo pobre. Pero ya digo que la idea es buena y espero que en sucesivos números haya contenidos más variados. Si es que hay más números, pues aunque en facebook siguen presentes, su web expiró. 
Quería fútbol. Pero no tanto.
 
 
 
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