Que sí, que es una barbaridad lo que los jugadores de la Selección van a cobrar en el improbable caso de ganar el Mundial con una crisis como la que hay. Y aún sin crisis de por medio. No sé ni cuánto es, pero en un país de excesos como éste, seguro que demasiado.
Pero, ¿qué queréis, galletitas mías? Asumo gustoso la parte que me corresponde como contribuyente si se diera el caso de hacernos con el campeonato mundial del ÚNICO deporte con verdadera repercusión internacional. Mucho más gustoso, desde luego, que asumo el hecho de que con el dinero de mi trabajo o de los bienes y servicios que consumo se financie vía impuestos a la multitud de partidos, sindicatos, bancos, operaciones de cambio de sexo, asociaciones, oenegés, soporíferas películas, comisiones, condecoraciones (TT, ¿cómo es que no criticaste la medalla concedida a Pedro Serra?,¿no fue eso un gasto inútil?), televisiones y selecciones autonómicas, vividores varios, asesores, asesores de los asesores, etc, etc, etc.
Pero, por favor, que algunos no camuflen su odio a España con esa barata demagogia travestida de sensibilidad social. Porque el fútbol es algo aparte (y ellos lo saben, por eso les molesta tanto la Selección) y se merece, como poco, un respeto. Por poner un ejemplo: sirve para que miles de norcoreanos se hayan olvidado, al menos durante 90 minutos, de la desagradable situación en la que viven.
PD: ¿cuándo se dará cuenta Mick Jagger de que es un cenizo?
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