Tras ver a dos beodos ("veo dos beodos", ¿pilláis la gracia?, ja ja, puedo seguir) supuestamente alemanes (borrachos en el Arenal, y blanco en camiseta: alemanes sin duda) reverenciando una furgoneta de König Pilsener cuando ya estaba rodando la pelota en el Alemania-Serbia, me ha venido a la cabeza una serie de reflexiones respecto a este Mundial, el fútbol y el patrioterismo patrio. Y es que yo me inspiro con bucólicas (y alcohólicas) escenas como esa...
¿Se puede saber por qué tanta psicosis con las trompetas? Perdón: vuvuzelas. ¿Molestan? ¡Pues os jodéis! Esas trompetas las recuerdo como un complemento más de la animación de los años 80. Claro, como todos hemos nacido ya vestidos de Paul & Shark, sin distintivos del equipo y buscando el enfrentamiento con el rival, nos hemos olvidado de que en los 80 la chavalería llevaba su bufanda (o bufandas), su cinta para el pelo y sus bocinas, que sonaban exactamente igual que éstas (no como el sucedáneo japonés, mucho más agudo e insoportable). Recuerdo, especialmente en el Bernabéu aunque la ceremonia se podía ver en cualquier estadio de España, el sonido de aquel enjambre cuando el equipo local salía al terreno de juego acompañado además del colorido de las bengalas que portaban jóvenes con las caras tapadas con una bufanda del Napoli, de la Fiorentina o del equipo italiano de moda. Luego vinieron las bocinas de barco. Era un elemento más del que algunos aún hemos podido disfrutar cuando éramos críos. Que sí, que ya pasó la navidad y los árboles mejor en el bosque. ¿Pero qué problema tenemos en que los nativos sudafricanos hagan sonar sus trompetas? ¿Acaso no nos permiten escuchar los ingeniosos cánticos de las hinchadas? ¡Que esto no es tenis, joder!
Cuando leo titulares como "Las vuvuzelas ahogan el 'yo soy español'" (Diario de Mallorca) no puedo hacer otra cosa que alabar al creador de las incordiantes trompetitas. ¿Qué es lo que no se pudo escuchar? ¿El 'a por ellos' o el clásico 'lololó' al sonar el himno nacional? Que esa es otra, los himnos están para escucharlos en respetuoso silencio. Si el resto de aficiones cantan mientras suena su himno es por la sencilla razón de que TIENE LETRA. Si no la tiene, ¿por qué tenemos que ir balbuceando un patético 'lololó' cuando lo que tendríamos que hacer es cuadrarnos y respetarlo? Un himno que, además, cada vez dura menos, más que un himno parece un politono. Todo lo contrario que el alemán, que sigue sonando cuando los hinchas ya empiezan a aplaudir y a entonar el "Deutschland, Deutschland". Alemanes que, por cierto, son casi tan acomplejados como los españoles, hace unos años cambiaron la letra del tradicional "über alles", supongo que por las reminiscencias del tipo aquel moreno con bigote que no recuerdo cómo se llamaba... eso sí, parece ser que todos se la aprendieron el primer día y aquí no ha pasado nada: "¿qué coño es eso del "über alles"?"
¡A tomar por culo la roja! Y Mediapro. ¡Bermellona y basta! Fuera complejos. ¡Viva la Furia! ¡VIVA ESPAÑA!
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