Intenso fin de semana que comenzó el viernes en Santa Ponsa, lugar escogido por la Celtic Supporters Association del Celtic de Glasgow para celebrar su convención. Es curioso, si hubiera sido en otro lugar de España habría salido en todos los informativos. Pero entre que para los madrileños no existimos y entre que aquí nos la cogemos con papel de fumar y no queremos dar una imagen de turismo de "baja calidad", "alcohólico", "sexual", etc. pues claro. En Benidorm saben venderse mejor. ¡Joder, si hasta tienen una serie de televisión! En fin, que fuimos a ver el ambiente y no vimos la mareona que esperábamos. El caso es que no había mucha gente para tanto bar, pero sí bastantes camisetas y banderas colgadas, incluyendo una del St Pauli. Y otra de esas que llaman "preconstitucionales". Gente de todas las edades sin ningún español cortarrollos a la vista, lo cual es de agradecer. Nuestro "corresponsal" en Santa Ponsa nos dijo que habían destrozado un bar el día anterior, pero aparte de ese incidente, nada más de importancia. Y en cuanto a alcoholismo, creo que no es para tanto. Además, mostraban ser más pacíficos que los ingleses. Pero no tanto como los alemanes, por supuesto.
Y es que el sábado era la final de Champions entre Bayern e Inter y como no podía ser de otro modo, fuimos a verlo a la Calle del Jamón. No se trataba de ir a Megapark, que además de ser de Cursach y no ser muy higiénico, es punto de atracción para pacorros con camisetas sin mangas. Nada, nada, no vamos a ir a la Playa de Palma para ver palmesanos. Llenazo hasta la bandera, pero muy poca animación. De hecho sólo hubo un par de cánticos en todo el partido y alguno de ánimo a Alemania en la previa, aparte de los de un grupito de alemanes que estaban cerca de nosotros animando al Inter. De acuerdo, los alemanes no metieron ni un gol, pero me da la sensación de que la algarabía no hubiera sido muy espectacular. Bastante camiseta interista, incluyendo dos "briatores" cincuentones con gafas de sol. Y claro, los "locales del amor" a rebosar después del partido. Mucha gente, la verdad, teniendo en cuenta los que debía haber en Megapark y en la Calle de la Cerveza. Estos alemanes no entienden de crisis ni de volcanes islandeses. Y tan calmados como siempre. Quizás demasiado. Si no hay música hortera, no se activan. De todos modos, interesante aperitivo para el Mundial que se avecina.
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