De la terraza pusimos rumbo a la estación de autobuses, donde nuestros amigos habían fletado un autocar para acudir al concierto. Nada más llegar a la misma, mi compañero de viaje y yo "asaltamos" un puesto de salchichas, pues estábamos algo hambrientos, y mientras disfrutábamos de los deliciosos y especiados manjares pudimos ver cómo iba llegando bastante peña con la cabeza rapada, botas, harringtons y ropa de camuflaje. Supusimos que iban al concierto, con cierta sorpresa, ya que creíamos que ya no era habitual esa estética en Alemania entre los seguidores de los Onkelz (porque al fin y al cabo era un concierto de los Onkelz). Pero resulta que iban a coger otro autocar que les llevaba a otro destino y no tenían nada que ver con nuestro concierto. La verdad es que aún estoy intrigado, ¿dónde irían? Tenían cierto aire hardcoreta y un pelín psycho... Cuando comenzaron a llegar nuestros compañeros de viaje ya pudimos comprobar cómo su apariencia sí era más convencional. Entre ellos había un grupito de hools del Colonia que se distinguían por sus camisetas blancas de tirantes, y de los que nuestro amigo D estaba algo temeroso de que pudieran liarla en el concierto con hools de otros equipos, aunque hay que adelantar que se portaron correctamente y no la liaron. Hasta donde yo sé, al menos.
Mientras aguardábamos que el chófer llegara y abriera el autocar, yo comencé a sentir una imperiosa necesidad de aligerar mi vejiga, pero ante el temor de que partieran sin mí conseguí aguantar, aunque no lo suficiente. Nada más abrir el autocar me introduje en el servicio. No debí haberlo hecho, aunque no sé muy bien por qué. ¿Qué tipo de problema puede ocasionar en un bicho de diez toneladas que yo haga mis necesidades en el retrete destinado a tal efecto? Mientras orinaba, el chófer dijo algo por el micrófono. Cuando salí y vi que todos miraban hacia mí con cómica e incrédula expresión, supe que el discursito no era para desear buen viaje al pasaje.
Con buena música, buena compañía y buenas (aunque algo calientes) cervezas transcurrió nuestro viaje a Oberhausen, en cuyo Turbinenhalle se celebraba el concierto. Un recinto enorme que se llenó de mucha peña curtida ya, y algunos más jóvenes, casi todos con camisetas negras. O sin ellas. Yo accedí al recinto con varios kilos de barro incrustados en las zapatillas que me obligaron a dedicar una parte de mi tiempo al día siguiente en adecentarlas, y es que el camino hacia el pabellón estaba lleno de charcos.
El concierto en sí fue espectacular, con un Kevin Russell en plena forma pese a su evidente aumento de peso (la cárcel no parece haberle sentado mal). Fue un alivio, tras haber visto hace un año a Axl Rose arrastrarse afónico por un escenario, ver que el bueno de Kevin seguía con su voz intacta, aunque no se pudiera mover como antes. Era una gozada disfrutar de los clásicos temas de la banda como si los años y las divisiones no hubieran pasado factura. Los pogos fueron impresionantes pero muy cívicos, en cuanto alguno caía, el resto de danzantes le levantaba y vuelta a empezar.
Entre los cánticos habituales de los seguidores de Böhse Onkelz (eso sí, cambiando el "Onkelz" por "Kevin"), el tema más reclamado fue, por supuesto, el de "Mexico", lo que indica la clara tendencia futbolera del público de Kevin. Así que podéis imaginar la explosión cuando comenzaron a sonar los primeros acordes del tema estrella del Mundial '86. Apoteósico, un pogo continuo. Fue tan ansiado que, de hecho, se me hizo muy cortito, pese a que en los vídeos de aquel día que he podido visitar queda claro que se recreó más de lo que yo recordaba.
Con la vuelta amenizada por viejos temas de la mítica banda alemana y por más cerveza aún más caliente, volvimos a Colonia donde salimos un rato por bares nocturnos en los que sonaban temas arenaleros clásicos. Pero no teníamos cuerpo para mucha juerga (ya estamos viejos para estos trotes), de modo que nos recogimos pronto y no acompañamos, muy a nuestro pesar, a alguno de nuestros camaradas que decidieron acabar la noche en el, dicen, "centro recreativo cultural" más grande del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario