Es curioso. Yo siempre fui un poco del Athletic Club. Muy poco, ciertamente, pero lo suficiente para defenderlo cuando alguien los criticaba y para alabar su particular idiosincrasia. Lo saben quienes me conocen. Su filosofía de cantera, su racismo, su nacionalismo y hasta sus radicales eran para mí unas peculiares señas de identidad. Y los admiraba por ello, porque se mantenían en sus trece contra viento y marea en un fútbol cada vez más mercantilizado y poco dado a estas muestras de romanticismo. Incluso tras aquella semifinal de Copa, cuando les ganamos en el primer centenariazo del fútbol español, en el que nos prepararon la encerrona de San Mamés (San Manés según Felipe Pou) no me generó ninguna animadversión especial. Lo vi algo normal. ¡Y hasta me pareció genial que fueran los primeros en lanzar su propia línea de ropa!
Pero la cosa cambió. En un hecho sin precedentes entre clubes, el Athletic denunciaba al Mallorca ante el Comité Jurisdiccional de la Federación ESPAÑOLA de Fútbol con el objeto de dejarle fuera de las competiciones UEFA para la próxima temporada por el impago del traspaso de Aduriz. Si tan interesados están en cobrar podrían denunciar ante otros organismos, como ya han hecho. Es más, si el Mallorca tiene la posibilidad de disputar competiciones europeas es bastante posible que sus problemas económicos se vean algo aliviados y puedan hacer frente a sus numerosas deudas. Pero la jugada está clara: querer ganar en los despachos lo que no pueden ganar en el césped. ¿Acaso el Mallorca debe ser el único club que les debe dinero? Permítanme que lo dude. ¿Habrían denunciado de estar Mallorca o Athletic sin posibilidades de disputar competiciones europeas? La jugada se confirmó cuando pidieron sanción para ese Aduriz que tanto los ha defendido y los quiere y para Keita tras su roce durante el pasado partido contra el Málaga. Y éstas han sido las gotas que han colmado un vaso que ya estaba previamente demasiado lleno cuando su nacionalismo empezaba a oler a rancio, tal vez ayudado por el petróleo que mancha sus camisetas. Teniendo en cuenta que ese cuento de la cantera se ha acabado. Primero fueron ampliándolo a vascos, luego a hijos de vascos, luego a navarros, riojanos, franceses, andaluces... y hasta negros. Pero es que ese cuento, además, ya tuvo su final desde hace tiempo por el hecho de que juega con ventaja: no es una sociedad anónima, es un club. Y eso es jugar con ventaja en una situación económica como la actual.
Y con unos hintxak, o como se hagan llamar ahora, que se consideran antiultras pero que le lamen la polla a los ULTRAS del Sankt Pauli o a los ULTRAS del Girondins. Y que critican por "ambiguos" o califican como "nazis" a diestro y sobre todo a siniestro, cuando son ellos los que van a conciertos en medio mundo a los que asisten nazis nada camuflados.
Farsantes, el cuento no da para más. Espero que nuestros chicos les pongan los puntos sobre las íes este domingo, porque no queda en mí nada de admiración al que consideré durante muchos años el orgullo de España.
ATHLETIC GORROTO ZAITUT
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