SKIN

 

Echamos en la coctelera dos partes de This is England, una de El creyente y otra de American history X. Añadimos una pizca de Romper Stomper, removemos, y finalmente lo decoramos con un pellizco de Made in Britain y ralladura de Bronco bullfrog. Resultado: Skin. Y es que Hanro Smitsman, director de este telefilme holandés, no puede negar las fuentes en las que se ha inspirado para el mismo. Crisis de adolescencia, desgracia familiar, conflicto paterno-filial, malas influencias, época convulsa (¿hay alguna que no lo sea?),... el chico tenía que acabar así. Las circunstancias, ya sabéis. Pese a haber visto esta historia ya mil veces, no dejéis de hacerlo de nuevo. Más que nada porque al menos el director parece haberse preocupado un poco en documentarse sobre la subcultura en la que está ambientada la historia. Y por una horita y veinte minutos de vuestras vidas, merece la pena, teniendo en cuenta que cualquier truño infumable se alarga fácilmente hoy en día hasta dos horas y pico...