Hoy voy a hablar de política. A veces me siento orgulloso de ser mallorquín. Tras haber soportado en estas islas uno de los gobiernos más corruptos de su historia, el de Matas, y a uno de los partidos IDEM, el de la Munar (años y años este último) recibo con alegría que haya jueces valientes que se atrevan a imputar hasta a miembros de la Familia Real. Y me alegro de que el partido de la Munar haya tenido que desaparecer (o reconvertirse) y en el de Matas hayan hecho una purga en la que han depurado hasta los cimientos. No voy a aplaudir a jueces y políticos por hacer su trabajo, desde luego. Tal vez salgan todos de rositas, no confío mucho en esta justicia, pero al menos algunos van a recibir una pequeña dosis de la humillación del banquillo. Algunos sabemos que no es agradable.
En otros lares, donde han transformado una de las regiones más ricas de Europa en una especie de dictadura tercermundista donde dentro de poco ni tendrán derecho a sanidad gratuíta o donde todos los periódicos publican la misma editorial, sus habitantes siguen votando al partido corrupto del 3%. Y eso me hace tener fe en estos mallorquines, tan criticables a veces, pero que al fin y al cabo no somos tan pasivos como a veces parecemos y mucho más inteligentes, por lo visto, que otros que nos pretenden colonizar.
Lo último ha sido la implicación del club más tramposo de España en un asunto de corrupción. No voy a pedir la expulsión de los corruptos de las competiciones europeas. No hace falta, ya están fuera. Pero no viene mal recordar aquello de "arrieros somos..., ¡HIJOS DE PUTA!"
Los que hoy recortan en medicina pero siguen manteniendo el despilfarro de la imposicion catalanista,durante la guerra civil literalmente" se morian de hambre en casa" por no salir a pedir para comer.Saca tus conclusiones
ResponderEliminarPoco a poco te vienes al liberalismo,buena reflexion,pesimo fotomontaje
La culpa es de Zapatero
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