No sé por qué, lo de "rumano" y "turista" en el Arenal no me acaba de cuadrar. En todo caso, es posible que así sea y la afición al bautizado como "balconing" vaya extendiéndose. La dichosa globalización, internet y esas cosas de la vida moderna.
Pero vuelvo a lo que decía en el caso de los motoras. ¿Por qué estas tendencias suicidas que hay en nuestra isla no se trasladan al fútbol?
Un joven, herido al saltar de un balcón a otro en un hotel de Playa de Palma
Un joven rumano ha sufrido esta madrugada varias contusiones al saltar de un balcón a otro en un hotel de la Playa de Palma, por lo que ha tenido que ser atendido en Urgencias del hospital de Son Dureta.
Según han informado fuentes del 112, el 061, el citado centro sanitario, el establecimiento hotelero y la Policía Nacional, el turista, que tiene 23 años, se golpeó contra una vitrina al pasar del balcón de su habitación al de un dormitorio contiguo.
El joven, que se encontraba ebrio, fue trasladado en una ambulancia hasta el hospital Son Dureta, donde fue atendido en urgencias sin necesidad de quedar ingresado.
Hoteleros contra los kamikazes del balcón
La moda de jugarse la vida en las terrazas más altas de los hoteles para colgar las imágenes de internet preocupa al turismo
Los hoteleros no quieren más sustos en sus piscinas. Y para evitarlos están dispuestos a acabar con la última moda, el balconing, un invento viejo en Balears que ha ganado notoriedad en las últimas fechas gracias a internet. Desde hace semanas la red de redes liga la imagen de Mallorca y Eivissa a una poderosa combinación de excesos de alcohol, adrenalina y vídeos de calidad defectuosa. En ellos se ve a jóvenes turistas extranjeros (exaltados por el calor que dan las copas y otras sustancias euforizantes) saltar desde las terrazas a las piscinas de los hoteles. Son los precipitados de toda la vida, vestidos ahora de kamikazes audivisuales. De ahí la alarma. De ahí y de las muertes que acompañan a estos excesos de vértigo, que llevan a algunos chavales a tirarse de cabeza desde un quinto piso. Porque a veces no aciertan en la diana: lo acreditaba hace unos días la consellera balear de Interior, Pilar Costa, que explicaba que en lo que va de año nueve personas han muerto tras precipitarse (un eufemismo que engloba suicidios, saltos alocados y accidentes) desde edificios de las islas.
Ante el temor a que internet haga lo que suele –multiplicar y acelerar los fenómenos sociales–, los hoteleros ya buscan respuesta. Y quieren empezar por la vía mediática, al más puro estilo DGT (Dirección General de Tráfico): con una campaña de vídeos que muestren los obvios peligros que acompañan a la moda de saltar ebrio desde un balcón. Así lo explica el presidente de la Federación Hotelera de Eivissa, Juan José Riera, que admite estar "muy preocupado" por estos saltos a menudo mortales (literalmente mortales). Riera, al igual que la gerente de la Federación Hotelera de Mallorca, Inmaculada de Benito, subraya que los precipitados no son cosa nueva, aunque están alarmados por la publicidad que acompaña a la difusión de la aventura-locura por internet. Basta repasar el verano mediático europeo para comprobar el impacto: medios como la CNN, Skynews, los principales diarios alemanes, franceses e italianos y la práctica totalidad de las cadenas de televisión españolas se han agarrado a las imágenes de saltadores ebrios (en su mayoría ingleses) para referirse a los riesgos del turismo balear. El problema, según el líder de los hoteleros ibicencos, es que es "muy difícil" impedir estos saltos. Los jóvenes, añade, lo hacen "para hacerse ver" pero "por desgracia es un problema que existe y hay que hacer todo lo posible para evitarlo".
"Se sienten héroes"
Y "todo lo posible" incluye a los principales touroperadores, con los que ya han contactado para tomar medidas preventivas. Hasta ahora, la medida más palpable había sido aumentar la altura de las barandillas, incluso por encima de los 1,05 centímetros exigidos, llegando al 1,10 o 1,20 u optando por balcones casi cerrados. Pero el problema persiste, reconoce Riera, que ciñe la práctica a chavales jóvenes, "sobre todo varones", que se sienten "héroes" cuando en realidad son "kamikazes". Y no tantos como el seguimiento mediático internacional invitaría a creer, explica Inmaculada de Benito, gerente de la Federación Hotelera de Mallorca, que subraya que el mayor número de accidentes se produce cuando los chavales tratan de pasar bajo los efectos de las drogas o el alcohol de su balcón al del apartamento vecino, ocupado por novias, amigos y compañeros de correrías.
También los ayuntamientos han decidido actuar. Sobre todos en las localidades más ligadas a este tipo de turistas, como la mallorquina Calvià o la ibicenca Sant Antoni de Portmany, cuyo concejal de Turismo, José Ramón Serra, cree que los touroperadores tienen mucho que decir. "No creo que sea un fenómeno que va en aumento, pero sí muy preocupante" remarca Serra, que aclara que, "por desgracia", el problema no está circunscrito a Balears, sino que ocurre en todos los destinos en los que los jóvenes tienen fácil acceso a las drogas. Por eso unos y otros apuestan por la información, ante la certeza de que es imposible vigilar a sus clientes las 24 horas del día. "Siempre hay alguien que se salta las normas", concluye el presidente de los hoteleros de Eivissa, que no quiere que el turismo de saltos de balcón se convierta en la enseña de futuro de Balears.
Cinco personas permanecen ingresadas en Son Dureta
Un total de cinco personas permanecen ingresadas en Son Dureta en la actualidad como consecuencia de las heridas sufridas por esta moda de lanzarse a la piscina desde la habitación de su hotel o como resultado de caídas accidentales al intentar pasar de una habitación a otra por los balcones en plena juerga nocturna regada con alcohol y drogas.
En lo que llevamos de año, ocho personas han muerto al caer desde edificios. El centro de emergencias 112 ha contabilizado desde el mes de junio ocho caídas de las que una ha tenido resultado de muerte del precipitado. Hasta junio se produjeron otros 49 sucesos de este tipo en los que siete personas fallecieron.
Fuentes del 112 apuntan a que muchas de estas fatales caídas estivales se deben a una excesiva ingesta de alcohol combinada con el consumo de drogas por parte de las víctimas.
Ante el hecho constatable de que buena parte de los precipitados son de nacionalidad británica, fuentes médicas consultadas apuntaron a que una droga disociativa, la ketamina, podría estar detrás de estas caídas accidentales. "Es bastante común su consumo en el Reino Unido y, al parecer, su consumidor se siente un tanto invulnerable y es menos consciente de los riesgos. Pero esto es algo que no se puede probar porque a los precipitados no se les suele hacer los análisis preceptivos para detectar la presencia de esta droga en su organismo. Lo que es común en todas las víctimas de estas caídas es una elevada ingesta de alcohol", señalaron las fuentes médicas.
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