POPIELUSZKO. LA LIBERTAD ESTÁ ENTRE NOSOTROS

"Hay prisiones que resultan invisibles. Las hay en abundancia."

Al fin, y con motivo del aniversario de su asesinato, pude ver la película sobre la vida de Jerzy Popieluszko y así rendir mi particular tributo a este valiente sacerdote polaco, ya que en el cine no nos dieron ni tiempo a hacerlo. Al menos aquí en Mallorca las escasas películas extranjeras no americanas que llegan a estrenarse (que ésa es otra) no suelen durar ni una semana. Y se trata de una película que recomiendo a todo el mundo aunque sólo sea para darnos un baño de Historia reciente, que buena falta nos hace.

Una muestra más de ese desconocido cine polaco que cada vez me gusta más. La única pega es que el protagonista, que borda su papel por otra parte, me recuerda de perfil a José Ramón Bauzá (presidente del gobierno balear) y eso me ha dado algún repelús durante el visionado.

Pero se la recomendaría especialmente a los religiosos. Luego se quejan de que sus iglesias están vacías. La España de hoy, Cáritas llena y parroquias sin gente. Seguramente hay muchos sacerdotes tan valientes como él hoy en día. Seguramente también hay muchos en nuestro país igual de comprometidos. Pero también hay muchos curas pedófilos, y no por ello vamos a generalizar. Lo realmente importante es que en un escenario como el actual, parece ser que la Iglesia como institución vive en su sacristía, ajena a todo. Y no es tan diferente la situación en este sistema capitalista respecto a la que se vivía con el "socialismo real": monopolios económicos, burocracia, control ciudadano, sindicatos estatalizados, poderes supranacionales, estado policial, materialismo, intimidación y terrorismo antifascista, pensamiento único, deuda externa, partitocracia, concentración financiera, manipulación propagandística, clase obrera depauperada y sin propiedades, represión y brutalidad policial, juicios farsa,... hasta soldados en Afganistán. Rajoy es comunista pero es tan cateto que ni lo sabe. Tenemos muchos "privilegios" del comunismo. Lo que por desgracia no tenemos es una Iglesia valiente. Ni directores de cine valientes.