Cuando dentro de unos años los musulmanes vuelvan a gobernar en este país ya implantarán la ley seca, pero mientras tanto:
¡¡¡DEJADNOS BEBER HIJOS DE PUTA!!!
NOTA: y aún no entiendo por qué se escribe "Platja de Palma" y no se puede escribir "Cala Ratjada". Anormalizadores de los cojones...
La Platja de Palma exige multar a los comercios que incentivan el botellón
Las asociaciones de vecinos, de hoteleros y de salas de fiestas y discotecas creen que sancionar a los turistas no sirve de nada, porque no pagarán
Vecinos, hoteleros, salas de fiestas y discotecas de la Platja de Palma quieren acabar de una vez por todas con la mala imagen de turistas borrachos bebiendo en la calle. Lo mismo pretende Cort, aunque discrepan en la forma de lograrlo. La asociación vecinal y la de salas de fiestas exigen al Ayuntamiento que sancione a los comercios de la zona turística que incentivan el botellón, ya que "en supermercados, tiendas de chinos y otros negocios se venden cubos de fregona para depositar el alcohol, pajitas para beberlo, el hielo y las bebidas", tal como enumera el portavoz de los residentes, Francisco Nogales. El presidente de la asociación de salas de fiestas, Jesús Sánchez, reconoce que "prohibir la venta de estos productos es muy difícil, aunque la Policía Local tendría que obligarles al menos a retirar de la vía pública los expositores que hacen publicidad descarada del botellón".
La campaña del consistorio de multar con hasta 3.000 euros a los turistas que incumplan las ordenanzas de limpieza y contra el botellón es vista con un cierto escepticismo. "Es difícil llevarla a cabo, porque si sancionan a un turista que está en bañador y no lleva la documentación encima, puede mentir sobre su nombre, domicilio y lo que le pregunten. Aunque dijese la verdad, nunca pagarían", según argumenta el presidente de la asociación de hoteleros de la Platja de Palma, Francesc Marín. Lo mismo creen los representantes de las otras entidades afectadas.
A pesar de ello, esta semana empezará su trabajo el traductor contratado por la asociación de salas de fiestas y discotecas para acompañar por la noche a dos policías locales e informar a los turistas de la prohibición y las sanciones por beber en la calle. "La imagen es muy desagradable, aunque a quienes lo hacen no les importa. Hasta que alguien no les diga claramente que aquí, al igual que en Berlín o Hannover, no se puede beber alcohol en la calle, no se empezarán a concienciar, pero será un proceso muy largo", en palabras de Sánchez.
Der Spiegel
Las sanciones ya han llegado a oídos de los alemanes a través de la prestigiosa revista Der Spiegel, que entrevistó al responsable de Seguridad Ciudadana, Guillem Navarro, tras la presentación de la campaña de multas a quienes beban, ensucien y molesten en la Platja de Palma. El concejal dice que el problema "comenzó hace unos 20 años en el Balneario 6 y, desde entonces, jóvenes turistas compran sangría barata, vodka y ron del supermercado", pero que "desde hace unos cinco años la moda se ha extendido por toda la Platja de Palma", por lo que cree que "ya es hora de hacer algo", en palabras de Navarro.
El hotelero también afirma, con muchos años de experiencia, que "solucionarlo supondrá un largo y complicado proceso, ya que miles de personas visitan esta zona turística precisamente por la diversión y el botellón que la provoca. Y quitar una etiqueta tan implantada es difícil si no se adoptan otras medidas", según sus palabras.
"En lo que llevamos de mes, la situación se ha moderado un poco, pero junio fue horroroso", recuerda Francisco Nogales. El portavoz vecinal también cree que será difícil erradicarlo, pero apuesta por "atajar el problema de raíz, regular la venta para que los clientes no tengan la opción de hacer botellón. Como no hay multas para los negocios, todos quieren vender cubos y bebidas a los turistas, porque no va a ser uno tonto de perder dinero", tal como ejemplifica.
Y cuenta como anécdota que algunos comercios, para ganar aún más dinero, recogen con una carretilla los cubos vendidos anteriormente y que se quedan tirados por la calle después de haber sido usados por los turistas. Tras recuperarlos y lavarlos, los venden de nuevo.
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