BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




viernes, 13 de enero de 2012

DOS HOMBRES, TRES PARTIDOS, CUATRO CIUDADES... Y UN MONTÓN DE CERVEZAS (IV)



El domingo, madrugón para asistir prontito al Amsterdam Arena sin agobios de ningún tipo. Tras desayunar de maravilla en una pastelería, cogimos el metro hacia el estadio. Hay dos paradas, la primera da justo al Supportershome, y la segunda está en una estación anexa al estadio. Nosotros, por supuesto, bajamos en la primera.
El Supportershome del Ajax es enorme, unas tres veces o más de lo que lo era el del ADO. Sólo hay que ver las fotos para comprobar también que los hinchas tienen una posición privilegiada para presenciar los entrenamientos de la plantilla.
Antes de ponernos en faena, o sea, antes de consumir cerveza como unos desesperados, fuimos a dar una vuelta por el estadio. Escasa presencia policial ya que se han prohibido los desplazamientos de hinchas en los duelos entre ambos clubes hasta esta temporada. Así pues, tuvimos la "desgracia" de haber ido en mala época. Un clásico descafeinado.
La tienda del club era más grande, como es de suponer, que la del ADO, pero la variedad de artículos no era mucho mayor. Sí destacaría la línea de ropa AFCA, con diseños más "sport", unos libros sobre mi ídolo Van Gaal, o unas minúsculas bomber para niño con el escudo de Amsterdam. Pero muy poca cosa que me llamara especialmente la atención.
Así pues, volvimos al Supportershome. Dentro de éste, muchas bufandas colgadas (nos sorprendió una del Cádiz) así como pancartas míticas. Pese a haber mucha Stone Island y gorra de cuadros, el ambiente era más "familiar" que en La Haya. Música también festiva y arenalera, sustituyendo el gabber de la noche anterior por el reggae. Y un bombo enorme, pero un "bombón de campeonato", que luego pudimos ver cómo portaban dos hinchas hacia el estadio. Si alguien quisiera colarse, podría hacerlo dentro del bombo sin problemas.
Había dos puestos de material, uno nada más entrar con artículos de ropa más currados, con referencias casualísticas (no sólo en el diseño tipo Burberry o Stone Island, sino también en el desorbitado precio, ¿seguro que les llaman judíos sólo por ser de Amsterdam?) y a Cruyff, que es idolatrado allí no sé muy bien por qué; y otro casi al final con diseños algo más cutrecillos relativos a hooligans. En cualquier caso, me llamó la atención que no hubiera material a la venta ni de los ultras ni de la F-Side. De ésta sólo había unos libros sobre su historia, reedición del publicado en 2002 con motivo de su XXV aniversario. Por cierto, con algún artículo curioso como el relativo a la presencia de neonazis en su seno en los años 80.
En un rincón había también un espacio reservado a la memoria de célebres seguidores o leyendas del Ajax fallecidos, entre los cuales, por supuesto, estaba Carlo Picornie, fallecido en 1997 en una pelea contra hooligans del Feyenoord. La muerte de Picornie fue un mazazo pues era muy respetado, y no sólo entre los suyos, sino también en otras sides, ya que conseguía unir a enemigos irreconciliables para eventos, partidos,...
En la barra, al igual que en La Haya, otro camarero con Stone Island. Podrían tomar nota aquí, no hablo de cambiar a las bellas camareras del Mallorcafé por hooligans malencarados, pero sí uniformarlas con prendas más acordes a la cultura de las gradas. Mmmm, ¡qué morbazo!... Y la cerveza era Amstel. Como aquí, si no recuerdo mal.
A medida que se acercaba la hora del partido iba animándose el ambiente, pero no mucho, la verdad, más con algunos petardos que con cánticos. Así que cuando la gente comenzaba a desfilar, y para evitar una cola como la del día anterior, decidimos ir con tiempo al estadio.
Nuestra ubicación dentro del Amsterdam Arena era privilegiada, prácticamente en primera fila, a pie de césped. Delante nuestra estaba el espacio reservado a los minusválidos, que pudimos comprobar que son muy bien tratados. Se les ofrece un refrigerio y todo, a ellos y a sus acompañantes. Estábamos en el fondo opuesto a los ultras y hooligans locales. Los ultras de la Vak 410 se sitúan en el segundo anfiteatro, en la curva a nuestra izquierda; y los hooligans de la F-Side están en la parte baja, los jóvenes en el centro y los más veteranos a los lados. Presencia de una bandera del Manchester United en su zona.


El tifo fue espectacular, un auténtico castillo de fuegos artificiales. En fin, uno de esos espectáculos de los que podemos disfrutar en la Europa civilizada, no como en esta dictadura tercermundista que es España. ¡Cómo eché de menos en ese momento aquellas tracas en el foso del fondo sur del Luis Sitjar! ¡Legalización de la pirotecnia YA! Los ultras se limitaron a exhibir unas pancartas mensaje contra la prohibición de viajar a las hinchadas rivales, lo que priva de su esencia a estos choques de máxima rivalidad. Vamos, que no pudimos disfrutar de lo que supone un evento de estas características. El partido acabó con un 1-1 y así todos contentos.
Por la tarde visitamos un poco el centro de la ciudad a nuestro estilo, esto es, visitando tiendas de ropa y bares. Había mucha marca casualística, aunque hay que señalar que el fenómeno de Stone Island, CP Company, etc, fue hace unos tres años, antes no era habitual encontrar estas marcas allí. Vamos, un fenómeno parecido al de otros países europeos y que yo relaciono con la película "The football factory". Tras degustar unas pintas en un céntrico pub de una zona concurrida por los hooligans locales, tomamos las últimas en el mítico coffee shop The Bulldog, el único en el que se sirve alcohol. Por cierto, en nuestra visita a Amsterdam no hubo ni porros ni putas, nosotros somos así de raros.

1 comentario:

  1. joder que cronica mas larga.otos viajes que te he sufrido yo,no te acurdas de nada despues de las 12 del medio dia.muy bien traido los caretos de los judeizantes charnegos

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