BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




sábado, 3 de diciembre de 2011

ULTRAS COMO ELEMENTO INTEGRADOR

Cuando a la sociedad se le habla de ultras, la idea es que somos una panda de delincuentes, con graves desarraigos familiares, procedentes de familias desestructuradas, que pagamos nuestras fustraciones dándonos mamporros en un campo de fútbol. Nuestro padre, un borrachin en paro que cuando llega a casa zumbaba a la buena de nuestra madre porque el huevo frito estaba mal hecho. Nuestra madre, alcohólica atiborrada de antidepresivos. Y nuestra hermana, en caso de tenerla, una auténtica zorra que se ventilaba a todo bicho viviente del barrio marginal donde todos hemos crecido. Por no nombrar a nuestro hermano en prisión por pegar tirones a pobres abuelas para pagarse la dosis de caballito sucio. Sí, queridos hermanos ultras, hooligans, casuals, cassuals, hinxas, etc... Ése es el perfil idealizado que tiene la sociedad en general de nosotros. Pero nadie se ha parado a pensar que hacemos una labor social impagable que nadie, nunca, nos ha reconocido.
No, no, amigos, no se me va la pinza. Paso a disertar sobre el tema sin más preámbulos. ¿Quién de vosotros en su etapa escolar no ha tenido en su aula a un gordo, a un gafotas, a un feo, a uno con pocas luces? Yo creo que todos hemos tenido ese perfil de compañero, ése al que siempre iban dirigidas las burlas, ése que cuando te jugabas a piedra, papel y tijera confeccionar el equipo de fútbol en el recreo elegías el último y alguien gritaba: "el puto gordo que se ponga de portero, que de jugador no sirve". Hay que reconocer que los niños en edades tempranas son unos verdaderos cabrones en potencia. Pero llega un día en que el gordo acude a una grada de fútbol de un grupo ultra. Y ¡coño!, nadie repara en él, nadie se mete con su gordura, es uno más. Hasta que alguien se le acerca y trata de venderle un fanzine, una bufanda, etc. El gordo lo compra entusiasmado y vuelve domingo tras domingo, y empieza a hacer sus primeros colegas, participa en tifos,... ¡Y joder, en su primera pelea integradora, resulta que el gordo reparte hostias como panes a lo Bud Spencer y pasa a ser una celebridad! Ya nadie le llama "puto gordo", ni "bola de sebo", ahora le conocerán como "Jabalí", "El Bomba", "King Kong" etc, etc. El muchacho habrá pasado de odiar su vida a desear que llegue el domingo para compartir momentos de gloria y pena junto a sus camaradas, ésos que jamás hicieron de su gordura un defecto, si no una virtud. Y todo esto lo podemos trasladar al gafotas, ya no será más "gafotas", será "El Lupas", "El Mortadelo", "El Urkel",... y así podría pasarme el día. Por eso quiero dedicar este post a todos aquéllos que alguna vez habéis sentido la maldad de los demás y gracias a los fondos de los ultras os sentís uno más de la sociedad. Nuestra sociedad.


PD: prometo que para escribir este post ni he bebido ni he tomado ninguna sustancia estupefaciente.           

2 comentarios:

  1. genial señor potato,y para apoyar tu tesis,ahi esta el caso del mimosin,de bola de sebo,a cantante de una banda oi,y el señor ferragut,de subnormal gafotas a comentarista experto en tenis,en una emisora radiofonica.

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