BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




domingo, 27 de febrero de 2011

ATALANTA-MILAN: PARTITA SOSPESA

El 11 de diciembre del año 2007, domingo, el seguidor de la Lazio Gabriele Sandri fue asesinado por un agente de policía en un área de servicio de Arezzo, cuando algunos ultras del equipo romano se enfrentaron a otros de la Juventus que habían parado a repostar en ese mismo lugar. En mitad del incidente suenan unos disparos, y el joven Sandri recibe un balazo en el cuello estando aún dentro del coche. Muere allí mismo. Su asesino, como he dicho arriba y ya todos sabréis, fue un policía.
Las autoridades pertinentes estiman oportuno, tras conocerse la desagradable y desafortunada noticia, que el partido Inter - Lazio de ese mismo domingo debía cancelarse en memoria de Gabriele. Sin embargo, el resto del campeonato seguiría cumpliendo el horario habitual, con la salvedad de que los jugadores saliesen al terreno de juego con un brazalete negro. Un hecho vomitivo si tenemos en cuenta que en febrero de ese mismo año murió en Catania el inspector de policía Filippo Raciti cuando tenía lugar el clásico de Sicilia (el Catania-Palermo) a causa de los incidentes causados por los radicales locales, y que en esa ocasión el país entero se vistió de negro y el campeonato de fútbol fue suspendido totalmente por un periodo de tiempo indefinido.
Ante este doble rasero la indignación de los ultras fue evidente. Aún así en muchos estadios se llevó a cabo el encuentro programado a pesar de las protestas llevadas a cabo por las respectivas 'curvas'. Sin embargo en unos pocos venció la justicia poética (de la otra más vale no esperar demasiado) y los ultras lograron detener el encuentro y que éste fuese suspendido. Fue el caso del Atalanta - Milan, en donde la Curva Nord de Bérgamo, tras llevar el partido siete minutos en marcha, montó tal jarana que los jugadores del equipo local se acercaron a su fondo a ver qué sucedía. Se les transmitió el mensaje de que ese día no se jugaba y finalmente el árbitro decidió abandonar el terreno de juego de manera definitiva.
Este hecho es conocido por muchos, y muchas crónicas de aquel fatídico día lo señalan. Lo que a veces pasa desapercibido es la reacción de los puretas bergamascos, que cuando los jugadores se retiraban definitivamente del terreno de juego increparon a los ultras al grito de 'buffoni, buffoni'. O sea: payasos. A uno le gustaría pensar al ver esas imágenes y escuchar ese cántico que la mayoría de la gente no tenía ni idea de lo que había sucedido. Pero me resulta complicado pensar que varios miles de personas no estaban al tanto de la que a esas alturas era la noticia de actualidad más destacada del país desde hacía ya unas horas. Por lo tanto, y si mis sospechas son ciertas, me gustaría preguntar (al aire y al ciberespacio, para qué engañarnos) quiénes fueron los auténticos payasos -en el sentido más peyorativo que encierra el término- ese día. Si los ultras por exigir que el luto sea el mismo para todos los muertos fallecidos en circunstancias parecidas, o los sectores de Tribuna por anteponer sus 90 minutos de distracción semanal a la vida de una persona que fue asesinada, precisamente, en un contexto futbolero de forma totalmente injustificada e ilógica.

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