BARRAS BRAVAS

El periodista de investigación Jon Sistiaga se va peligrosamente pareciendo cada vez más a Xavier Sardà. Sus gestos, su forma de hablar y hasta su físico ya son prácticamente iguales a los del inaguantable presentador catalán. Y eso no es positivo bajo mi humilde opinión.       

Pero si dejamos de lado ese detalle, el documental que aquí os recomiendo y que muchos ya habréis visto, es un ejemplo de auténtico periodismo. Nada de cámaras ocultas sin venir a cuento que sólo sirven para no ver una mierda y oír a duras penas. Entretenido y con ritmo, con testimonios de primera mano, metiéndonos de lleno en el ambiente de las barras y entrevistando a los personajes precisos en esta historia en sólo una horita.

Y denunciando. Pero no se critica la pasión, ni se demoniza a los hinchas con el discurso de siempre, ni se les intenta comprender responsabilizando al sistema o a la sociedad con ese paternalismo progre tan habitual. De hecho, no es la violencia la protagonista de este reportaje, sino la corrupción.

No se nos presentan los típicos y desgarradores testimonios de familiares de víctimas fallecidas, quedándose en la superficie de las cosas, que es lo que suelen hacer los reportajes que intentan aproximarse a este fenómeno. Se denuncia algo que los propios hinchas que de verdad sentimos los colores de un equipo (o de varios, que algunos somos muy promiscuos) y nos dejamos la "plata" por él, tantas veces toleramos, y hasta justificamos, poniéndonos al nivel de militantes de un partido político. Porque lo que se ve en ese reportaje es denunciable y nosotros deberíamos ser los primeros en hacerlo.

Luego repetiremos una y otra vez los manidos mantras contra el fútbol negocio, aunque no me cansaré de repetir que no es el negocio lo malo, sino que éste acabe con las esencias de este deporte. El propio Di Zeo lo dice claro. Tal vez con cinismo, pero da en el clavo. La pasión por el club es lo primero. Y si se hace negocio,¿por qué no? Pero siempre anteponiendo el amor a los colores, que en eso consiste el verdadero fútbol y del cual derivan sus valores. Que el porcentaje de violencia en Argentina sea cada vez mayor entre aficionados de un mismo equipo es un dato clave. En esta investigación no se habla de hooligans, se habla de mafiosos.