BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




domingo, 15 de agosto de 2010

¡VÁYASE, MR QUELY!


¿No querías caldo? Pues taza y media. Ya os dije que no cabía en mí de gozo por la misteriosa desaparición de la megafonía de Supporters Mallorca, ¿no? Pues resulta que la alegría me duró poco. 45 minutos exactamente. Cuando en el descanso del Ciutat de Palma, en el cuadro que está bajo mi responsabilidad (esto no lo sabéis, pero el jueves me enteré de que me nombraron Encargado del Segundo Cuadro de la Grada Jove) vi llegar una charanga (bueno, aquello excedía la charanga, parecía la Filarmónica de Viena, había instrumentos de todo tipo) me dije: "no puede ser, debe tratarse de una broma, alguien quiere boicotearme para ser Encargado del Segundo Cuadro de la Grada Jove en lugar del Encargado del Segundo Cuadro de la Grada Jove, que soy yo".
Pues no, de broma nada. Resulta que en la nueva y remozada Grada Jove también habrá lugar para la chirigota y los Sanfermines. Así que a mis funciones de Encargado del Segundo Cuadro de la Grada Jove (que aún no sé exactamente cuáles son, tendré que informarme) deberé sumar también nociones de director de orquesta.
A esto hay que añadir el fallido intento de cántico griego, el abandono de prácticamente toda la vieja guardia de SM99, no sé muy bien por qué, y la multiplicación de megáfonos en manos de gente que no había visto en mi vida. Es cierto que la temporada pasada no me dejé caer por la curva con mucha asiduidad y siempre hay caras nuevas, pero la proliferación de capos en esta grada no dejará de asombrarme. Me queda la duda de cómo habrán llegado a alcanzar esa cota de poder que supone dirigir los cánticos de los aficionados. ¿Se habrán comprado ellos el megáfono, serán hinchas por cuenta propia? ¿O les habrán nombrado del mismo modo que a mí me nombraron Encargado del Segundo Cuadro de la Grada Jove, con nocturnidad y alevosía? Si esto continúa así, me temo que deberé anunciar mi dimisión como Encargado del Segundo Cuadro de la Grada Jove.

2 comentarios:

  1. Al menos nos regodeamos en nuestra crapulencia, deleitandonos con el magnifico resultado de la operacion de la camarera de belleza estrabica.

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  2. Y embriagándonos con los efluvios y los aromas del sur. Verde, que te quiero verde...

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