STOP MEGAFONÍA

Gracias a mi servicio de información me he enterado de que la megafonía de Supporters Mallorca ¡ha desaparecido! ¡Alabado sea! ¡Mis plegarias han sido escuchadas al menos por una vez! Espero de todo corazón que el extravío se confirme definitivamente y no tengamos que aguantar las indicaciones del orador de turno, que suele pasar más tiempo dando órdenes o vilipendiando a sus comparsas en un fallido intento de picarles, que tarareando canciones. Canciones que tienen, además, sus momentos, no hay nada peor que una canción en un estadio cantada a destiempo. ¡Cuánto echo de menos al Ballenato!... Y también me repatea que un imberbe me diga lo que tengo que cantar. Sólo faltaría que instalaran un karaoke.

¿Critican las vuvuzelas y utilizan megafonías? Una cosa es un par de megáfonos en la grada, y en caso de que haya que coordinar a 500 o 1000 personas. Pero una megafonía sólo resulta útil para dirigir a 10000 personas. Y demos gracias si las hay en nuestro estadio.

¿Qué sentido tiene un sistema de megafonía en Son Moix? Me atrevería a decir incluso qué utilidad tiene en una grada española. Creo que es hasta contraproducente, pues corta el rollo, es desagradable y ahoga las canciones de los hinchas. Además, la afición mallorquinista no está precisamente muy dotada para aprender canciones nuevas ("maricón, queremos baile"), y escuchar al tío del micrófono cantando una canción cuya letra sólo conoce él, resulta bastante patético. Los cánticos salen del corazón. Recuerdo a la Gate 13 en su visita a nuestra isla por aquella final a cuatro del voleibol. Improvisaron una canción en castellano (uno de sus miembros había estado de okupa en Barcelona y hablaba un perfecto español) y en un minuto ya se la habían aprendido. Lo llevan en la sangre. Aquí somos también mediterráneos, pero para eso somos unos negados.

Y otra cosa, me niego a cantar cualquier canción que haga referencia a Supporters. Si acaso, sustituiré el nombre de esa peña por el de mi grupo. Por lo demás, afinemos nuestras cuerdas vocales y hagamos ruido sin la necesidad de que una máquina lo haga por nosotros.