A estas alturas todos sabemos lo sucedido con el tema uefa. Ahora se ha desatado una guerra entre la afición mallorquinista y la del submarino amarillo cuyo campo de batalla son los foros y los espacios que destinan los diarios deportivos nacionales a comentar noticias por parte de los lectores. Servidor ya dejó claro en un post anterior que no iba a cargar contra la afición del Villareal porque no tenían la culpa de las decisiones de sus dirigentes, aunque tengo que confesar que leyendo algunos comentarios por parte de aficionados del Villareal se me despiertan los instintos más primarios y salvajes y espero con tremenda ansia los próximos duelos Mallorca vs Villareal o viceversa. Pero de momento el angelito de mi hombro derecho puede más que el diablito del izquierdo, e intentaré contener mis instintos más subversivos. Eso sí, señores aficionados del Villareal, es verdad que el Mallorca por diversas circunstancias ha entrado en ley concursal, etc, y el rollito ése de que hay que cumplir las leyes y bla bla bla. Ustedes ahora se las dan de grandes porque un señor está poniendo un pastón en su club y la verdad es que están consiguiendo grandes cosas, eso no se lo negaré, pero no siempre fue así. Les contaré una historia.
Corría el año 1993, penúltima jornada de Liga Mallorca vs Villareal. El Mallorca se jugaba el ascenso. Durante la primera parte salta la sorpresa en el Luis Sitjar: el Villareal va ganando 0 a 1 al ir al descanso. Mira por dónde que a vuestro todopoderoso submarino amarillo le da por proponer dejarse perder a cambio de una suculenta prima, a lo que se niega el por aquel entonces presidente, tristemente desaparecido, Miquel Dalmau. Resultado: derrota del Mallorca y destitución del entrenador Serra Ferrer. No hace falta decir que el Villareal sin jugarse nada hizo un partidazo. Ya véis, señores del Villareal, todos tenemos que callar, ¿verdad?
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