Este domingo, en Diario de Mallorca he podido leer lo siguiente:
Un bombero providencial en Punta Ballena
La máxima de que un bombero siempre está disponible cuando se le necesita se cumplió a rajatabla en Magaluf. Los reflejos de un miembro de los servicios de extinción de Palma fuera de servicio fueron providenciales para apagar un fuego en Punta Ballena. El bombero estaba a punto de entrar de servicio, pero antes tenía que llevar al niño al colegio. La casualidad hizo que acertara a pasar por un establecimiento sobre el que se acababa de declarar un incendio. Con la vestimenta de los bomberos de Palma, pidió a los agentes de la Policía Local de Calvià que le prestaran el extintor del coche. Dicho y hecho. El bombero se puso manos a la obra y sofocó buena parte de las llamas antes de empezar a cumplir su jornada laboral. Cuando los bomberos del Consell llegaron ya tenían media faena resuelta por la acción de este bombero.
Afortunadamente, Punta Ballena está a salvo gracias a la acción de este anónimo bombero, que sin duda merece una medalla. Sin embargo, no parecía haber compañeros suyos en las inmediaciones del Iberostar Estadi, según podemos deducir tras contemplar la siguiente imagen:
En unas páginas más adelante del mismo rotativo, se afirmaba esto:
"Aki, Aki, Aki, Aki", cantaba la Grada Jove nada más disfrutar de un talentoso taconazo del japonés dirigido a Castro dentro del área.
Pues no, señores, parece ser que ni Grada Jove existe ya, ni que ayer cantaran mucho a tenor de los comentarios que pude escuchar en el fondo, no sin cierta perplejidad por mi parte, al descanso del partido contra el Valencia.
De modo que el proyecto que más ilusionaba a servidor se ha ido al garete en poco menos de una temporada. Cuando habíamos oído rumores sobre una guerra civil en otras gradas, parece ser que hemos importado la idea tras nuestro último desplazamiento. Me da la sensación de que algunos nos han interpretado erróneamente cuando alguna vez les pusimos a aquéllos como ejemplo a seguir. No nos referíamos a esto, precisamente.
En fin, esperemos acontecimientos, aunque me da que a final de temporada va a suceder lo mismo que hace algún tiempo. Se quedarán cuatro malotes mal contados en la grada y muchos otros, entre los que me incluyo, mandaremos a tomar por culo de una vez al fondo norte, cuyo foco de animación se ha echado a perder de nuevo por la desunión de sus miembros, las ganas de figurar o los cebollones de antes de los partidos,... ¡qué sé yo! Y la verdad es que ya me importa poco. Eso sí, espero que continúe acudiendo el John Galliano mallorquín, tengo un colaborador preparando un reportaje que promete ser la bomba.
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