ODIO ETERNO AL MALLORQUINISTA MODERNO

En los años 30, los nazis quemaban libros. Hoy en día son los libros los que queman a las personas. Si no, no me explico que en el pasado partido contra el Real Madrid se vendiera apenas una treintena (y puede que exagere) de ejemplares de "Radiografía de un ascenso". Y yo que andaba preocupado en la presentación por si me quedaba sin...

Hace unos días se quemaba el... iba a poner "césped", el matojo que cubre el otrora terreno de juego del Luis Sitjar. La historia se quema por todos lados. O se amontona de polvo y suciedad, que viene a ser lo mismo. Qué ironía en unos tiempos en los que se habla tanto de memoria histórica.

La afición mallorquinista, suponiendo que sea afición y que sea mallorquinista, considera que el mallorquinismo consiste en escuchar a Terrasa (sí, por mucho que lo pongan a parir, todos lo escuchan de tapadillo), comprarse un par de camisetas y una bufanda que les durará toda la vida -eso sí, si dan algo de regalo, van como buitres a acosar a las amables señoritas que lo reparten- e ir a alguna final que el RCDM tenga la suerte de disputar o a alguno de esos viajes de Halcón que hacen ahora que están tan bien para lucir la camiseta y la bufanda que nos acompañarán hasta el "cajón pintado en rojo y negro como mi corazón". Si es que hasta los mercenarios argentinos le ponían más sentimiento... Del mismo modo que hay otros que creen que ser ultra es emborracharse, comprarse una bufanda (del grupo) y una sudadera (del grupo) y hacer un viaje al año para orinar en el autocar. Pero ni uno se interesa por la historia de su club ni el otro por lo que es o fue de verdad el movimiento ultra. En cuanto a mí, ya sabéis que las shirts las prefiero Burberry y las scarves, Lacoste. ¿O era al revés?

Propongo hacer una encuesta a los abonados del RCD Mallorca con tres sencillísimas preguntas (y subrayo lo de sencillísimas):

1- ¿Cuál fue el nombre original del RCD Mallorca?

2- ¿En qué año se fundó?

3- ¿Cuántas temporadas ha jugado en la Primera División?

Me gustaría saber cuántos contestan correctamente a las tres.

Pero tampoco hay que cargar los píxeles en exceso contra el aficionado local. Es tan iletrado el mallorquinista como el madridista que se gasta 80 € cada año en cambiar de camiseta. Es habitual que nos quejemos del fútbol moderno, de los clubes que abandonan a sus seguidores y piensan más en los chinos. Pero ¿qué queréis si los seguidores autóctonos también parecen made in China? Como la camiseta que llevan puesta. Seguidores de todo a 100. O de todo a 1 €, que no hay tanta diferencia.

¡¡¡QUEREMOS MÁS XISCOLOCOS Y DON BERNATS!!!