BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




jueves, 29 de septiembre de 2011

VERANO POLACO

ODLOTY: WARSZAWA 2011



Szawa era una sirena, hermana de la de Copenhague, quien, siguiendo el curso del Vístula, fue a parar a una aldea de pescadores a los que trajo de cabeza en todos los sentidos hasta que un avispado mercader la atrapó. Un joven pescador llamado War la escuchó llorar en su jaula, se apiadó de ella y la liberó. Y desde entonces, Szawa juró defender su aldea, que pasó a llamarse Warszawa.
Seducido por los cánticos de Szawa, puse rumbo a la capital polaca para disfrutar de unos merecidos días de asueto. ¿Que qué tienen que ver mis vacaciones con el fútbol? ¿Que por qué os tengo que dar el tostón con mi álbum de fotos? ¡Pues porque me da la gana, faltaría más! Así que, galletitas, si no os gusta, pasad página. O consultad la publicidad del blog. Reconozco que esto puede ser un peñazo para algunos, pero a mí me viene bien porque así no tengo que contárselo una y otra vez a mis amistades.
De todos modos, aunque no pude disfrutar de ningún partido durante mi periplo polaco, mis viajes siempre tienen algo de aroma balompédico así que, por supuesto, habrá alguna referencia futbolística. Y no cabe duda que Polonia está de moda en España, al menos en lo que al mundo ultra se refiere.
Szawa no estuvo por la labor de recibirme, pero sí unos buenos amigos que me hicieron sentir como en casa. No voy a hacer una crónica día por día, no creo que pudiera y sería tedioso, así que voy a ir contando cosillas según me vayan viniendo a la cabeza.
Llegué a Varsovia procedente de Madrid, escala donde una bella y amable cordobesa me embaucó (dichosos cantos de sirena) para endosarme una Visa de Citibank, a lo que accedí gustoso (hubiera accedido gustoso a cualquier cosa que me propusiera, la verdad) pues supuso algo de entretenimiento durante la larga espera hasta la salida de mi vuelo que, para más inri, llevaba retraso. Así que llegué ya de madrugada a Varsovia.


El aeropuerto de Varsovia es el Fryderyk Chopin. Como sin duda sabréis, Chopin vivió durante un tiempo en Valldemosa. Lo que no sé si sabréis es que durante lustros, la familia del antiguo presidente de la Federación de Peñas Mallorquinistas estuvo estafando a los turistas vendiéndoles entradas para visitar una celda de la Cartuja en la que, según ellos, vivió el compositor polaco y tocó un piano... ¡que aún no había sido fabricado! Uno de esos curiosos ooparts, un objeto fuera del tiempo, como la pila de Bagdad, las piedras de Ica o el bolígrafo de Ana Frank.


Nada más llegar, compartí con mis pacientes anfitriones las primeras cervezas. La elección fue fácil: las marcas patrocinadoras de Olimpia y Legia que, además, aún no han sucumbido al monopolio de Heineken.

          
La primera noche dormí con mi familia de adopción ya que tenía reservada la habitación del hotel para el día siguiente, y he de decir que no fue la única noche que dormí allí. La hospitalidad de mis amigos fue exquisita y no tengo palabras para agradecerla.
Varsovia es una ciudad enorme (siempre que no la comparemos con México, El Cairo y todas ésas, claro), aunque su atractivo turístico se reduce a algunas zonas del centro y especialmente a Stare Miasto, la Ciudad "Vieja". "Vieja" entre comillas debido a que fue reconstruída tras haber sido arrasada por los alemanes en la II Guerra Mundial. Por eso, aunque se reconstruyó fielmente siguiendo los planes originales (algo bueno tenían que tener los comunistas), siempre tienes la impresión de que no es auténtico, que estás como en una Disneylandia de cartón piedra. Pero lo cierto es que a mí me pareció preciosa y bajo mi punto de vista, debería ser un motivo de orgullo para los varsovianos, que tienen en este asunto una especie de complejo respecto a Cracovia, a la que yo creo que no tienen nada que envidiar. También hay otras zonas de interés turístico como el parque Lazienki, un parque de verdad, como el de El Retiro (con su palacio de cristal incluído), no como esos sucedáneos que tenemos en Palma, y que está cerca del estadio del Legia.


En cuanto a mis impresiones, no es una ciudad muy respetuosa con el peatón, los automóviles no hacen caso de los pasos de cebra, ni siquiera de los semáforos, especialmente los taxis, que parecen circular según un código propio. Hay tranvías, pues es una ciudad con anchas avenidas, no como Palma, y tiene una línea de metro (¡como Palma!) y está en construcción una segunda. Y sólo vi un carril bici, lo que hace suponer que esa obsesión de los politicastros locales por emular a sus admirados nórdicos socialdemócratas no se ha extendido de momento por el Este. Por cierto, si vais en automóvil por Polonia, no olvidéis llevar siempre las luces encendidas mientras circuláis y no dejéis la documentación dentro del coche.

Una de las cosas que más me llamaron la atención fue la televisión, en concreto los doblajes de películas y series, al estilo de los documentales de La 2. Se oye de fondo la versión original mientras un tipo habla en polaco por encima. Y da lo mismo si es Jennifer López la que habla, el tipo que traduce el diálogo es siempre el mismo para todos los personajes, de hecho parece el mismo en todas las cadenas. Yo no sé si eso es algo habitual, si es que hay huelga de actores de doblaje o qué, pero me pareció algo curioso.
Durante mi estancia pude disfrutar de "Testosteron", una comedia con atmósfera teatral que aborda la crueldad de las mujeres en el amor. Divertidas situaciones e inteligentes diálogos (no penséis que aprendí polaco en unos días, la vi subtitulada al inglés y pillé la mitad) que en clave de humor, y también con cierta amargura, abordan esa capacidad innata que tienen las mujeres para romper corazones y destrozar vidas sin inmutarse.

Hablando de mujeres, una lugareña me comentaba que una vez le habían dicho que las mujeres polacas eran las más bellas del mundo. Yo le dije que estaba de acuerdo. En otra situación y otro país, posiblemente mi respuesta hubiera sido la misma, una mentira piadosa y galante. Pero en este caso, es cierto. O al menos es lo que yo puedo afirmar a la espera de visitar más países. Las mujeres polacas son las más guapas que he visto nunca.
Pero hablando con un paisano residente allí, me comentaba que también eran las más bordes y las más ariscas. Seguramente no conoce a las palmesanas, pero algo de razón tenía. Está claro que el grado de belleza es muchas veces directamente proporcional al de antipatía. Con el grado de obesidad ocurre lo mismo, aunque obviamente por razones diferentes.
En general, resulta bastante difícil arrancar una sonrisa a los polacos (¡sí, sí, aunque algunos siempre están riendo!). No son muy abiertos al visitante, algo hasta cierto punto lógico si repasamos su historia. Pero la hospitalidad es algo sagrado para ellos, o al menos así lo demostraron mis anfitriones, que no dudaron en recibirme como un familiar y ofrecerme todo lo que tenían. Se parecen bastante a los mallorquines en este sentido.
En cuanto a compras, no hubo nada de nada, entre otras cosas porque no quería pagar por facturar el equipaje. De todos modos, marcas y precios eran más o menos los mismos que podemos encontrar por aquí, tal vez con la excepción de Strellson. Había unas chaquetas interesantes de esta marca suiza, pero como digo, aún optando por llevarla puesta, hubiera tenido problemas en el aeropuerto por mi negativa a facturar, pues tenían la navajita multiusos incluída. Navajita plateá, por supuesto

1 comentario:

  1. www.youtube.com/watch?v=4354jQL4jO4  

    en mis sueños aún Varsovia

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