Y no me refiero a Nunes. De hecho, él no es el protagonista de esta foto. Cuando se cumplen dos años de la muerte de nuestro admirado Jaime Martorell, quisiera recordar una de sus últimas batallas librada. Y ganada. Fue a comienzos de la temporada 2006/07. Bueno, en realidad fue en pretemporada, el 19 de agosto. Se presentaba la plantilla del RCD Mallorca, del entonces encumbrado en los altares Vicente Grande, en el Ciutat de Palma frente al Inter de Milán. Y para nuestra sorpresa, el brazalete del capitán (que la verdad, ahora no recuerdo quién era) había dejado de ser una bandera mallorquina para pasar a ser la aragonesa. Después de lo que costó a mediados de los 90 que el capitán bermellón luciera la enseña de nuestro Reino, volvía a repetirse la historia.
En la fuya que publicaba mensualmente, Jaime se hacía eco del hecho, así que desde Línea 8 le propusimos llevar a cabo una campaña para recuperar un brazalete que nunca se debió perder (explicación que nos dieron) y que, en caso de haber sido así, debería haber sido sustituído por uno igual... Total, que nos confeccionó unas octavillas que nosotros debíamos repartir en el estadio en la medida de nuestras posibilidades. Nuestro radio de acción era bastante limitado (prácticamente sólo el fondo norte) pero no sabemos cómo, nuestra reivindicación llegó incluso a algunos de los jugadores de la primera plantilla Tampoco recuerdo a quiénes, pero no cabe duda que eso nos satisfizo. Recuerdo, eso sí, que nos reunimos con Matías Rebassa, que, como buen comercial que es, intentaba poner paños calientes y evitar crear una polémica con supuestos tintes políticos. Nunca entenderé por qué se confunde Historia con política. Lo cierto era que nos dio la impresión de que ni sabía la diferencia entre la enseña del Reino de Aragón, la del Reino de Mallorca (o la del actual Consell, como queráis) y la bandera de la CAIB. Pero lo importante es que gracias a nuestras modestas presiones y a la idea de un amigo que, ni corto ni perezoso, se puso él mismo a confeccionar el brazalete que le dio al capitán en un entrenamiento, desde entonces no hemos vuelto a ver que luzca la bandera de otra/s comunidad/es autónoma/s. Es cierto que hemos visto cosas raras, como un trozo morado con el escudo del RCDM encima, y que el que ahora luce es el de la CAIB, esa versión USA de nuestra enseña medieval.
Pero al menos hemos conseguido que no se olvide que lo que nos distingue como isla, como pueblo y como Reino, lo que nos otorga una identidad propia, es algo tan sencillo como un trozo de tela morada y un castillo blanco que a muchos les gustaría quitar de nuestra bandera.
Y eso se lo debemos en gran parte al incansable luchador Jaime Martorell, a quien hoy recuerdo desde este humilde blog, y al que nunca olvidaremos.
Siempre en el recuerdo. Que gren ejemplo fue Jaime, y lo mucho que deberiamos aprender de èl.
ResponderEliminar¡¡ANDAVANT SAS ATXAS¡¡