BLOG DEDICADO A JAIME MARTORELL MIR




jueves, 19 de mayo de 2011

LA GRANDEZA DEL FÚTBOL

Galletitas, hoy me toca ponerme ñoño, tralarí, tralará. De vez en cuando las resacas y las largas horas de meditación en mi retiro espiritual/laboral me generan extraños efectos secundarios. En este caso he ido pensando en las paradojas que tiene la vida.
Se podría decir que no me gusta el fútbol. No lo practico. Ni siquiera veo partidos. Bueno, sí los veo, pero no por el juego, tal vez por curiosidad, por ver cierta grada o cierto ambiente. Y cada vez menos porque cada vez esas gradas son más descafeinadas. Tal vez porque están desalcoholizadas. Si voy a ver al Mallorqueta es más por obligación que por devoción. Sólo disfruto del fútbol como deporte en muy contadas ocasiones. Esas finales de Champions del United contra el Bayern o la inolvidable de Estambul entre Liverpool y Milan. La última fue en la última Eurocopa, con un nivel de juego, emoción y espectáculo como no he vuelto a ver, ni tan siquiera en el último Mundial pese a los recuerdos imborrables que me trae. El fútbol me aburre, me aburren las tácticas, las insulsas declaraciones de los jugadores... Y eso que no podemos negar que la liga española es emocionante. Nosotros a falta de una jornada estamos con posibilidades de descenso cuando hace una semana podríamos haber quedado entre los diez primeros. Hacía años que no veía un clásico hasta este mes pasado (y sólo vi tres). Resulta extraño en alguien que devoraba el Marca y grababa de pequeño hasta los resúmenes de "Estudio estadio". A lo mejor es eso, el fútbol ha pasado para mí a ser un entretenimiento infantil. Las discusiones por fútbol me recuerdan a aquello de "mi papá gana más que el tuyo". Niñerías.
Es más, creo que en ocasiones odio el fútbol. Cuando veo los tejemanejes, los politiqueos, la hipocresía, la falsedad (acude a mi  memoria aquel tipo con camiseta del Betis llorando histérico -ante las cámaras, por supuesto- por la muerte del malogrado Antonio Puerta), el papanatismo (vuelve a acudir a mi memoria el mismo tipo), los vídeos de la federación de peñas... me siento totalmente identificado con Mourinho (y estoy empezando a preocuparme, creo que estoy enamorado de ese portugués) cuando hace poco dijo que a veces le daba asco el mundo del fútbol. Todos los periodistas analfabetos se referían erróneamente al "mundo" en general, cuando si se escucha con un poco de atención lo que decía y cómo lo decía, queda claro que se refería al mundo del fútbol y a vivir de ello. Tarea difícil para un licenciado en Ciencias de la Información, claro.
Pero bueno, sigo con lo mío. A veces ni entro al estadio, prefiero quedarme en el bar con la excusa de verlo en televisión, aunque lo cierto es que no miro el juego para nada. A mi estimado Calamardo le hacía gracia la circunstancia de que le hablara de mi viaje a Santander para ver el partido cuando en casa ni entro a la grada. Pero también es cierto que él luego se fue al fondo cinco minutos para poder presumir de haber estado presente en todos los partidos en Son Moix y acto seguido volvió al bar... En resumen, ni conozco a todos los jugadores de la plantilla de mi equipo ni sé en qué posición juegan, me la sudan las tácticas, el "Punto y pelota" y las estadísticas de Fernando Asensi.
Sin embargo, puedo decir que mi vida está condicionada casi totalmente por el fútbol. No sólo edito este blog por fútbol. Mi manera de vestir, la música que escucho, los lugares que conozco, mis amistades, mi sistema de valores,... hasta la forma de divertirme... Mi manera de vivir, en definitiva, está marcada por el fútbol. Así como mi piel. ¿Y por qué? Pues sencillamente porque el fútbol es maravilloso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free Beer Cursors at www.totallyfreecursors.com